domingo, 28 de noviembre de 2010

Cercar a Rusia, apuntar a China: el verdadero papel de la OTAN en el esquema estratégico de EEUU / Diana Johnstone *

El 19 y el 20 de noviembre, los dirigentes de la OTAN se reúnen en Lisboa en una cumbre sobre el "Concepto estratégico de la OTAN". Entre los asuntos a discutir se halla un rimero de terroríficas "amenazas" –desde la ciberguerra hasta el cambio climático—, así como algunos simpáticos artefactos protectores: armas nucleares y una ciclópea Línea Maginot de alta tecnología supuestamente destinada a interceptar en vuelo a los misiles enemigos. 

No podrán los dirigentes de la OTAN evitar hablar de la guerra de Afganistán, esa cruzada sin fin que une al mundo civilizado contra el elusivo Viejo de la Montaña, Hassan i Sabah, el jefe de asesinos del siglo XI, cuya última reencarnación es Osama bin Laden. Sin duda se hablará mucho también de "nuestros valores compartidos".

Buena parte de lo que se debatirá son ficciones. Ficciones, eso sí, con precio bien marcado en la etiqueta.

Lo que no está en la agenda de la cumbre sobre el "concepto estratégico" es una discusión seria de cuestiones estratégicas.

En parte porque la OTAN como tal carece de estrategia, y no puede tener estrategia propia. La OTAN es en realidad un instrumento de la estrategia de los EEUU. Su único "concepto estratégico" operativo es el que ponen por obra los EEUU. Pero incluso ése, es un fantasma elusivo. Los dirigentes norteamericanos parecen más inclinados al gesto estupefaciente, a "manifestar determinación", que a definir estrategias.

Uno que presume de definir estrategias es Zbigniew Brzezinski, el patrocinador de los mujahidines afganos cuando estos podían ser de utilidad en la tarea de destrucción de la Unión Soviética. Brzezinski no se mordió la lengua a la hora de formular con claridad el objetivo estratégico de la política exterior norteamericana en su libro de 1993 El gran tablero de ajedrez: "la primacía americana". 

Allí describía a la OTAN como una de las instituciones al servicio de la perpetuación de la hegemonía norteamericana, también porque "convierte a los EEUU en un participante clave hasta en los asuntos intraeuropeos". En su "web global de instituciones especializadas", que obviamente incluye a la OTAN, los EEUU ejercen el poder a través "negociación continuada, diálogo, difusión y búsqueda de consensos formales, a pesar de que ese poder tare su último origen en una única fuente, a saber: Washington, D.F.".

Tal descripción casa perfectamente con la conferencia de Lisboa sobre el "concepto estratégico de la OTAN". La pasada semana, el secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rasmussen, anunció que "estamos bastante cerca de un consenso". Y ese consenso, de acuerdo con el Ney York Times, "secundará probablemente la formulación del propio presidente Barack Obama: trabajar a favor de un mundo no-nuclear manteniendo al mismo tiempo la disuasión nuclear".

Un momentito: ¿qué sentido tiene eso? Ninguno, pero la urdimbre del consenso de la OTAN. Paz a través de la guerra, desarme nuclear a través del armamento nuclear, y sobre todo, defensa de los estados miembros mediante el envío de fuerzas expedicionarias para enojo y enfurecimiento de las poblaciones de países lejanos.

Una estrategia no es un consenso escrito por comités.

El método norteamericano de "negociación continuada, diálogo, difusión y búsqueda de consensos formales" sirve para aplacar cualquier resistencia que pudiera ocasionalmente aparecer. 

Así, Alemania y Francia se resistieron inicialmente a la pertenencia de Georgia a la OTAN, así como al célebre "escudo antimisiles": veían ambas cosas como provocaciones manifiestas, capaces de desencadenar una carrera armamentista con Rusia y de dañar inútilmente las fructíferas relaciones de Alemania y Francia con Moscú. 

Pero los EEUU no aceptan un no por respuesta, e insiste en sus exigencias imperativas hasta que cede la resistencia. Una excepción reciente fue la negativa francesa a sumarse a la invasión de Irak, pero la airada reacción de los EEUU llevó a la conservadora clase política francesa a apoyar al pronorteamericano Nicolas Sarkozy.

En busca de "amenazas" y "desafíos"

El verdadero núcleo de lo que pasa por un "concepto estratégico" fue declarado por vez primera y puesto por obra en la primavera de 1999, cuando la OTAN violó el Derecho Internacional, desafió a las Naciones Unidas y pasó por alto su propia carta fundacional lanzando una guerra de agresión fuera de su perímetro defensivo contra Yugoslavia. 

Eso transformó a la OTAN: de ser una alianza defensiva, pasó a ser una alianza ofensiva. Diez años después, la madrina de esa guerra, Madeleine Albright, fue elegida para presidir un "grupo de expertos" que empleó muchos meses organizando seminarios, consultas y reuniones para preparar la agenda de Lisboa. 

Prominente en esas reuniones fueron Lord Peter Levene, presidente de Lloyd's en Londres, la aseguradora gigante, y el antiguo presidente del consejo de administración de Royal Dutch Shell, Jeroen van der Veer. Esas figuras de la clase dominante no son precisamente estrategas militares; su participación sirve para garantizar a la comunidad empresarial internacional que se tendrán sus intereses a escala planetaria serán debidamente tenidos en cuenta.

En efecto: a la vista del catálogo de amenazas enumeradas en una conferencia dictada el año pasado por Rasmussen, diríase que la OTAN estaba trabajando para el sector de las aseguradoras. 

La OTAN, dijo, era necesaria para lidiar con la piratería, la ciberseguridad, el cambio climático, los fenómenos metereológicos extremos –como inundaciones y tormentas catastróficas—, la subida del nivel del mar, los movimientos migratorios a gran escala hacia zonas deshabitadas –a veces, transfronterizas—, la escasez de agua, las sequías, la decreciente producción de alimentos, el calentamiento global, las emisiones de CO2, el reflujo de los hielos árticos –que deja al descubierto recursos hasta ahora inaccesibles—, la eficiencia de los combustibles y la dependencia de fuentes externas, etc., etc.

Del grueso de las amenazas que figuran en la lista no podría, ni por mucho, decirse que reclaman soluciones militares. Desde luego ni los "Estados canalla", ni los "emplazamientos tiránicos", ni los "terroristas internacionales" son responsables del cambio climático; sin embargo, Rasmussen los presenta como desafíos para la OTAN. 

Por otro lado, algunos de los resultados de esos escenarios, como los movimientos de población causados por las crecidas del nivel del mar o las sequías, pueden ciertamente verse como potenciales causantes de crisis. El aspecto ominoso de la mencionada lista de amenazas es, precisamente, que todos esos problemas son presentados por la OTAN como problemas necesitados de soluciones militares. 

La principal amenaza para la OTAN es su obsolescencia. Y la búsqueda de un "concepto estratégico" no es sino la búsqueda de pretextos para seguir en funcionamiento.

La OTAN, una amenaza para el mundo

Lo cierto es que, mientras anda en busca de amenazas, ella misma se está convirtiendo en una creciente amenaza para el mundo. La amenaza más importante es su contribución al robustecimiento de la tendencia, encabezada por EEUU, a abandonar la diplomacia y las negociaciones a favor de la fuerza militar. Eso se ve por lo magnífico en la inclusión de los fenómenos metereológicos en la lista rasmussiana de las amenazas para la OTAN, cuando lo que deberían ser es un problema reservado a la diplomacia y a las negociaciones internacionales.  La agonía de la diplomacia occidental es el problema, un problema cada vez mayor. 

Los EEUU han determinado el tenor imperante: nosotros somos virtuosos, tenemos el poder, y al resto del mundo no le queda sino obedecer. Se desprecia la diplomacia como debilidad. El Departamento de Estado ha dejado hace mucho de estar en el centro de la política exterior norteamericana. Con su vasta red de bases militares distribuidas por todo el mundo, así como con los agregados militares situados en las embajadas y un sinnúmero de misiones en los países clientes, el Pentágono es incomparablemente más poderoso e influyente en el mundo que el Departamento de Estado. 

Los últimos Secretarios de Estado, lejos de buscar alternativas diplomáticas a la guerra, han desempeñado un papel activo en punto a defender la guerra en vez de la diplomacia: así Madeleine Albright en los Balcanes, así Colin Powell urdiendo falsos tubos de ensayo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La política la determinan el Asesor de Seguridad Nacional, varios think tanks financiados privadamente y el Pentágono, con interferencias de un Congreso compuesto él mismo de políticos ávidos de conseguir contratos militares para quienes financian sus campañas.

La OTAN está arrastrando a sus aliados europeos por el mismo despeñadero. Así como el Pentágono ha venido a substituir al Departamento de Estado, la propia OTAN es utilizada por los EEUU como un potencial substituto de las Naciones Unidas. La "guerra de Kosovo" en 1999 fue un primer paso importante en esa dirección. La Francia de Sarkozy, tras añadirse al Comando Conjunto de la OTAN, está desbaratando el tradicionalmente competente servicio exterior francés, recortando la representación civil francesa en todo el mundo. El servicio exterior de la Unión Europea que está ahora mismo en proceso de creación por Lady Ashton no tendrán política ni autoridad propias.

Inercia burocrática

A despecho de sus reiteradas apelaciones a los "valores compartidos", lo cierto es que la OTAN se mueve sobre todo por inercia burocrática. La alianza misma no es sino una excrecencia del complejo militar-industrial estadounidense. Durante sesenta años, los aprovisionamientos y los contratos con el Pentágono han sido una fuente esencial de la investigación industrial, de los beneficios, de los puestos de trabajo, de las carreras políticas y aun de la financiación de las universidades. El juego de interrelación entre esos distintos intereses converge en la determinación de una implícita estrategia estadounidense de conquista del mundo:

-        Una red global más y más expandida de entre 800 y 1.000 bases militares en suelo extranjero.
-        Acuerdos militares bilaterales con Estados clientes que ofrecen entrenamiento al tiempo que obligan a esos Estados a comprar armamento fabricado en EEUU y rediseñar sus fuerzas armadas apartándolas de la defensa nacional para centrarlas en la seguridad interior (es decir, en la represión) y en su posible integración en guerras de agresión encabezadas por los EEUU.
-        El uso de esas estrechas relaciones con las fuerzas armadas locales para influir en la política interior de Estados más débiles.
-        Interminables ejercicios militares con Estados clientes que suministran al Pentágono un conocimiento exacto del potencial militar de los Estados clientes, los integran en la maquinaria militar estadounidense y alimentan una mentalidad 'preparada para la guerra'.
-        Empleo de su red de bases, de sus 'aliados' y de ejercicios militares, a fin de rodear, aislar, intimidar y eventualmente provocar a naciones importantes consideradas rivales potenciales, señaladamente Rusia y China.

La estrategia implícita de los EEUU, inferible de sus acciones, es una conquista militar gradual capaz de asegurar la dominación mundial. Un rasgo original de ese proyecto de conquista del mundo es que, aun siendo extremadamente activo, día tras día, pasa prácticamente desapercibido para la inmensa mayoría de la población del país conquistador y de la de sus aliados más estrechamente subordinados, es decir, los Estados miembros de la OTAN. 

La indesmayable propaganda sobre las "amenazas terroristas" –los mosquitos del elefante— y otras parecidas diversiones mantienen al grueso de los norteamericanos en una total ignorancia de lo que está en curso, lo que resultan tanto más fácil, cuanto que el pueblo norteamericano es casi único en ignorancia de lo que ocurre en el resto del mundo, y por lo mismo que ignorante, falto de interés y curiosidad. Los EEUU puede bombardear un país más o menos lejano sin que poco más que una ínfima fracción de norteamericanos sepa siquiera situarlo en el mapa. 

La tarea principal de los estrategas estadounidenses, cuyas carreras discurren entre think tanks, consejos de administración, empresas consultoras y cargos públicos, consiste más en justificar la existencia de ese ciclópeo mecanismo que en dirigirlo. En buena medida, se dirige a sí propio. 

Desde el colapso de la "amenaza soviética", los profesionales de la decisión política no han dejado de andar en pos de amenazas potenciales invisibles. La doctrina militar estadounidense tiene por fin el de movilizarse preventivamente contra cualquier rival potencial de la hegemonía mundial estadounidense. 

Desde el colapso de la Unión Soviética, Rusia es el país que mantiene el arsenal armamentístico después de los EEUU, y China es una potencia económica de rápido crecimiento. Ninguno de los dos países representa una amenaza para los EEUU o para Europa Occidental. Al contrario: ambos están bien dispuestos a concentrarse en negocios pacíficos.

Sin embargo, están cada vez más alarmados por el cercamiento militar y por los provocativos ejercicios militares llevados a cabo por Estados Unidos en la puerta misma de sus casas. La implícita estrategia agresiva puede resultar obscura para muchos norteamericanos, pero los dirigentes de los países que la padecen entienden perfectamente de qué se trata.

El Triángulo Rusia-Irán-Israel

Ahora mismo, el principal "enemigo" explícito es Irán. Washington sostiene que el "escudo antimisiles" que está imponiendo a sus aliados europeos está concebido para defender de Irán a Occidente. Pero los rusos ven con harta claridad que el escudo antimisiles está dirigido contra ellos.

Por lo pronto, saben que Irán no tiene tales misiles, ni, de tenerlos, el menor motivo para usarlos contra Occidente. Es perfectamente obvio para todos los analistas informados que, aun si Irán llegara a desarrollar armas y misiles nucleares, sería en concepto de disuasión frente a Israel, la superpotencia nuclear regional que disfruta de vara alta para atacar a los países vecinos. 

Israel no quiere de ningún modo perder esa libertad de atacar y, como es natural, se opone a la disuasión iraní. Los propagandistas israelíes no cesan en su griterío sobre la amenaza de Irán y han trabajado con denuedo para infectar a la OTAN con su paranoia. 

Ha llegado incluso a calificarse a Israel como el "vigésimo noveno miembro de la OTAN global". Los altos funcionarios israelíes han trabajado asiduamente a Madeleine Albright para asegurarse de que los intereses de Israel se incluyan en el "Concepto Estratégico". En el curso del último lustro, Israel y la OTAN han participado en ejercicios navales conjuntos en el Mar Rojo y en el Mediterráneo, y han llevado a cabo también ejercicios militares terrestres conjuntos desde Bruselas hasta Ucrania. 

El 16 de octubre de 2006 Israel se convirtió en el primer país no europeo en conseguir lo que se conoce como un "Programa de Cooperación Individual" para cooperar con la OTAN en 27 áreas diferentes. Vale la pena observar que Israel es el único país extraeuropeo que los EEUU incluyen en el área de responsabilidad de su Comando Europeo (en vez de en el Comando Central, que cubre el resto del Oriente Medio). 

En un seminario sobre las relaciones OTAN-Israel celebrado en Herzliya el 24 de octubre de 2006, la entonces ministro de asuntos exteriores israelí, Tzipi Livni, declaró que "la alianza entre la OTAN e Israel es la única natural (…) Israel y la OTAN comparten una visión estratégica común. En muchos sentidos, Israel está en primera línea de la defensa de nuestro común modo de vida."  

No todos los europeos dirían que los asentamientos israelíes en territorio palestino ocupado reflejan "nuestro común modo de vida". Esa es una de las razones, no ofrece duda, de que la unión entre la OTAN e Israel no haya llegado a desembocar en la pertenencia como miembro de pleno derecho de Israel en la OTAN. Especialmente luego del salvaje ataque a Gaza, la entrada de Israel en la OTAN levantaría objeciones en los países europeos. Sin embargo, Israel sigue ofreciéndose a la OTAN, ardientemente apoyado en ese empeño, ni que decir tiene, por sus fieles seguidores en el Congreso estadounidense.

La causa principal de esta creciente simbiosis entre Israel y la OTAN ha sido bien observada por Mearsheimer y Walt: el vigoroso y potente lobby pro-Israel en EEUU. Los lobbies israelíes son también fuertes en Francia, Alemania y el Reino Unido. Han desarrollado con gran celo el tema de Israel como "primera línea" en la defensa de los "valores occidentales" contra el Islam militante. Que el Islam militante no sea en buena medida sino un producto de esa "primera línea", es un hecho que termina por cerrar un perfecto círculo vicioso. 

La actitud agresiva de Israel hacia sus vecinos constituye en realidad un grave pasivo para la OTAN, capaz de arrastrarla a guerras decididas por Israel que de ningún modo están en el interés de Europa.

Sin embargo, hay una sutil ventaja estratégica en la conexión israelí de la que los EEUU parecen estar sirviéndose… contra Rusia. Al suscribir la histérica teoría de la "amenaza iraní", los EEUU pueden seguir  sosteniendo sin inmutarse que el planeado escudo antimisiles está dirigido contra Irán, no contra Rusia. No puede esperarse que eso convenza a los rusos, pero puede servir para presentar las protestas de éstos como nacidas de la "paranoia" (al menos, a oídos de los fieles de Occidente): ¡por favor!, ¿cómo pueden quejarse, si estamos "reconfigurando" nuestras relaciones con Moscú y hasta invitamos al presidente ruso a nuestra estupenda cumbre sobre el "concepto estratégico"?

Sin embargo, los rusos no pueden ignorar que:

-        El escudo antimisiles se construye rodeando a Rusia, que tiene misiles disuasorios.
-        Neutralizando los misiles rusos, los EEUU quedan libres para atacar a Rusia, a sabiendas de que Rusia no podrá devolver el golpe.
-        Por consiguiente, dígase lo que se quiera, el escudo antimisiles, una vez operativo, serviría para facilitar una eventual agresión a Rusia.

El cercamiento de Rusia

El cercamiento de Rusia continúa en el Mar Negro, en el Báltico y en el Círculo Ártico.
Las autoridades estadounidenses siguen diciendo que Ucrania debe pertenecer a la OTAN. Precisamente esta semana, en una columna en el New York Times, el hijo de Zbigniew, Ian J. Brzezinski prevenía a Obama contra el abandono la "visión" de una Europa "entera, libre y segura", que incluiría una "eventual incorporación de Georgia y Ucrania como miembros de la OTAN y de la Unión Europea". El hecho de que la gran mayoría del pueblo de Ucrania esté contra la entrada en la OTAN carece de importancia. 

Para el actual mugrón de la noble dinastía de los Brzezinski, lo que cuenta es la minoría. Abandonar esa "visión" montaría tanto como "dejar en la estaca a quienes en Georgia y en Ucrania ven su futuro en Europa. Refuerza las aspiraciones del Kremlin a disponer de una zona de influencia…" La idea de que "el Kremlin" aspira a una "zona de influencia" en Ucrania es absurda considerando los vínculos históricos extremadamente estrechos entre Rusia y Ucrania, cuya capital, Kiev, fue la cuna del estado ruso. 

Pero la familia Brzezinski procede de Galitzia, la parte occidental de Ucrania que en otros tiempos perteneció a Polonia y que es el centro de la minoría antirrusa. La política exterior rusa se ve influida con demasiada frecuencia por estas rivalidades extranjeras de las que la mayor parte de los norteamericanos son totalmente ignorantes.

La indesmayable insistencia de los EEUU en absorber a Ucrania prosigue a pesar del hecho de que implicaría la expulsión de la flota rusa en el Mar Negro de su base en la Península de Crimea, en donde la población es abrumadoramente rusoparlante y prorrusa. Es una receta, segura donde las haya, para la guerra con Rusia.

Entretanto, las autoridades estadounidenses siguen manifestando su apoyo a Georgia, cuyo presidente, entrenado en los EEUU, espera abiertamente lograra el apoyo de la OTAN en su próxima guerra con Rusia. Aparte de maniobras navales provocativas en el Mar Negro, los EEUU, la OTAN y dos Estados (hasta ahora) no miembros de la OTAN como Suecia y Finlandia desarrollan regularmente ejercicios militares de envergadura en el Mar Báltico, prácticamente a la vista de las ciudades rusas de San Petesburgo y Kaliningrado. 

Esos ejercicios entrañan millares de tropas terrestres, centenares de aeronaves –incluidos cazas F-15 y AWACS—, así como fuerzas navales, incluidos el grupo 12 de portaviones de combate, lanchas de desembarco y buques de guerra de una docena de países. 

Tal vez lo más ominoso de todo sea que en la región Ártica los EEUU han venido persistentemente involucrando a Canadá y a los Estados escandinavos (incluida Dinamarca, a través de Groenlandia) en un despliegue militar abiertamente dirigido contra Rusia. El propósito de este despliegue ártico fue manifestado por Fogh Rasmussen cuando, entre las "amenazas" a les que tenía que enfrentarse la OTAN, mencionó el hecho de que "se está retirando el hielo ártico y quedan al descubierto recursos que estaban hasta ahora sepultados por los hielos". Uno esperaría que esos recursos al descubierto ofrecieran más bien una oportunidad de cooperación en su explotación. Pero no es esa la mentalidad oficial de los EEUU.

El pasado mes de octubre, el Almirante estadounidense James G. Stavridis, comandante en jefe de la OTAN en Europa, dijo que el calentamiento global y una carrera por los recursos podrían llevar a un conflicto en el Ártico. El Contraalmirante de vigilancia costera Christopher C. Colvin, a cargo de la línea costera de Alaska, dijo que la actividad naval rusa en el Océano Ártico resultaba "particularmente preocupante" para los EEUU y pidió más instalaciones militares en la región. 

El Servicio Geológico de EEUU cree que el Ártico contiene cerca de un cuarto de los depósitos mundiales inexplorados de gas y petróleo. Conforme a la Ley de Convención Marítima aprobada por las Naciones Unidas en 1982, un Estado costero tiene derecho disponer como zona económica exclusiva (ZEE) de una franja de 200 millas náuticas y puede reclamar otras 150 si puede probar que el lecho marino es una prolongación de su plataforma continental. 

Rusia está en curso de probar eso. Luego de presionar al resto del mundo para que adoptara la Convención, el Senado de los EEUU todavía tiene pendiente de ratificación el Tratado. En enero de 2009, la OTAN declaró que el "Alto Norte" constituía un "interés estratégico de la Alianza", y desde entonces, la OTAN ha practicado diversos e importantes juegos de guerra claramente preparatorios de un eventual conflicto con Rusia respecto de los recursos árticos.

Rusia desmanteló con largueza sus defensas en el Ártico luego del colapso de la Unión Soviética y ha urgido repetidamente a compromisos negociadores sobre el control de los recursos. El pasado septiembre, el primer ministro Vladimir Putin hizo un llamamiento a juntar esfuerzos para proteger el frágil ecosistema, atraer inversión foránea, promover tecnologías amigas del medio ambiente y trabajar para resolver las disputas a través del derecho Internacional. Pero los EEUU, como de costumbre, prefieren manejar el asunto por la vía de la fuerza. Eso podría llevar a una nueva carrera armamentista en el Ártico, y aun a choques armados.

A pesar de todos esos movimientos provocativos, y aunque no quepa excluir roces e incidentes aquí y allá, es extremadamente improbable que lo que EEUU ande buscando sea una guerra con Rusia. La política estadounidense parece ser la del cercamiento e intimidación de Rusia hasta que acepte subordinarse a una situación semisatelitar que la neutralice en anticipación de un futuro conflicto con China.

Objetivo: China

La única razón por la que cabe convertir a China en objetivo se asemeja a la proverbial razón ofrecida para edscalar una montaña: está aquí, es grande y los EEUU tienen que estar por doquiera en la cima.

La estrategia para dominar a China es la misma empleada en Rusia. Doctrina bélica clásica: cercar, asediar, ofrecer apoyo más o menos clandestino a los desórdenes internos. Como ejemplos de esa estrategia, valgan los que siguen.

-        Los EEUU están robusteciendo provocativamente su presencia militar a lo largo de las riberas del Pacífico en China, ofreciendo "protección contra China" a los países del Este asiático.
-        Durante la Guerra Fría, cuando la India conseguía sus armamentos de la Unión Soviética y mantenía una postura de no alineamiento, los EEUU armaron a Pakistán, considerado como su aliado regional principal. Ahora los EEUU están desplazando sus favores hacia la India, a fin de mantener ala India fuera de la órbita de la Organización para la Cooperación de Shangai y fortalecerla como un contrapeso a China
-        Los EEUU y sus aliados apoyan cualquier disidencia que pueda debilitar a China, ya se trate del Dalai Lama, los uigures o Liu Xiaobo, el disidente encarcelado.

El Premio Nóbel de la Paz fue concedido a Liu Xiaobo por un comité de legisladores noruegos presidido por Thorbjorn Jagland, el eco noruego de Tony Blair, el antiguo primer ministro y ministro de asuntos exteriores de Noruega, quien ha sido uno de los principales jaleadores de la OTAN en su país. 

En una conferencia de parlamentarios europeos patrocinada por la OTAN el año pasado, Jagland declaró: "Cuando no somos capaces de frenar la tiranía, arranca la guerra. Por eso es indispensable la OTAN. La OTAN es la única organización militar multilateral arraigada en el Derecho Internacional. Es una organización de la que puede servirse la ONU cuando resulta necesario: para frenar la tiranía, como hicimos en los Balcanes". 

Lo menos que cabe decir de eso es que es un estupefacientemente osado retorcimiento de los hechos, porque lo que la OTAN hizo al embarcarse en una guerra en los Balcanes fue violar abiertamente el Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU. Por lo demás, en los Balcanes había un conflicto étnico, no una "tiranía".

Al anunciar la elección de Liu, el comité noruego del Nóbel, encabezado por Jagland, declaró que "desde hace mucho tiempo creemos que hay una estrecha relación entre los derechos humanos y la paz". La "estrecha relación", por seguir con la lógica de las afirmaciones de Jagland, es que si un Estado extranjero no respeta los derechos humanos de acuerdo con la interpretación que de ellos hace Occidente, entonces puede ser bombardeado como bombardeó la OTAN a la antigua Yugoslavia. 

Y en efecto, las potencias que más ruido hacen con los "derechos humanos", señaladamente los EEUU y la Gran Bretaña, son precisamente las que más guerras libran por todo el mundo. Las afirmaciones del comité noruego dejan claro que conceder el Premio Nobel de la Paz a Liu –que, dicho sea de pasada, pasó parte de su juventud en Noruega— equivale en realidad a apoyar a la OTAN.

"Democracias" para substituir a las Naciones Unidas

Los miembros europeos de la OTAN añaden relativamente poco al poder militar de los EEUU. Su contribución es sobre todo política. Su presencia mantiene la ilusión de una "Comunidad internacional". La conquista del mundo, perseguida por la inercia burocrática del Pentágono, puede presentarse como la cruzada de las "democracias" del mundo para difundir su orden políticamente ilustrado al resto de un mundo recalcitrante.

Los gobiernos euroatlánticos proclaman su "democracia" como prueba de su derecho absoluto a intervenir en los asuntos del resto del mundo. Fundados en la falacia de que los "derechos humanos son necesarios para la paz", proclaman su derecho a la guerra.

Pero la cuestión crucial es si la "democracia occidental" tiene todavía la fuerza necesaria para desmantelar esta maquinaria de guerra antes de que sea demasiado tarde. [1]

NOTA: [1] Agradezco mucho a Rick Rozoff el constante flujo de información importante que ha venido suministrándome. 

(*) Diana Johnstone, periodista y miembro del Consejo Editorial de SinPermiso, es autora de Fools' Crusade: Yugoslavia, NATO and Western Delusions [La cruzada de los locos: Yugoslavia, la OTAN y los delirios de Occidente].

Cuando la cura es peor que la enfermedad: el pacto suicida de Irlanda con la Unión Europea / Mike Whitney *

Irlanda podría ser el próximo Lehman Brothers. Eso es lo que ha inquietado a los mercados. Si los dirigentes irlandeses se niegan a aceptar el rescate del nuevo instituto de estabilidad financiera (EFSF, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea, entonces los tenedores de bonos no se verán obligados a aceptar recortes en los rendimientos de sus inversiones, lo que llevará a los bancos alemanes y franceses a quedarse cortos de capital. Los réditos de los bonos crecerán rápidamente, lo que ralentizará la actividad en los mercados crediticios. 

Una quiebra irlandesa movería centenares de miles de millones de dólares en los mercados de derivados financieros de impagos crediticios (CDS, por sus siglas en inglés), lo que llevaría a sus contrapartes a la quiebra y a un efecto dominó a través del sistema financiero. El contagio se difundiría por Portugal, Grecia, España e Italia, ampliando el diferencial de réditos de los bonos y obligando a los gobiernos a incrementar el volumen de sus empréstitos solicitados al Banco Central Europeo (BCE). La actividad empresarial estornudaría, el desempleo crecería y encogería el crecimiento. Estaríamos en puertas de un segundo desplome financiero.

Pero nadie cree que eso vaya a ocurrir. La mayoría cree que Irlanda se "tragará el medicamento", ahorrando toda pérdida a los tenedores de bonos. Los dirigentes irlandeses prefieren aceptar una década de medidas austeridad impuestas por la UE y la consiguiente pérdida de soberanía, antes que abandonar el euro y empezar de cero y sin imposiciones. Resulta decepcionante. 

El euro no está concebido para subvenir a las necesidades de los países más pequeños y menos industrializados, como Irlanda. Esos países necesitan su propia moneda, más flexible y capaz de mitigar los efectos de los ciclos bajos. Pero los dirigentes irlandeses son prisioneros de la idea de una Europa unida. Así que trocarán la independencia por la que lucharon durante siglos por un castillo en el aire y la elusiva promesa de prosperidad.

El Estado irlandés ha hecho suyas las deudas tóxicas de sus principales bancos privados. Desgraciadamente, esas deudas sobrepasan holgadamente los ingresos del Estado. De acuerdo con Robert Preston, de la BBC, los pasivos son "equivalentes a un opresivo 700% del PIB, si sumamos la deuda del sector privado y la del sector público". Hasta ahora, el BCE ha contribuido a mantener operativos los bancos irlandeses suministrando 130 mil millones de euros de liquidez de emergencia. 

Pero los mercados mayoristas ya no aceptan la deuda irlandesa como colateral, y los réditos de los bonos se disparan. Los políticos irlandeses dicen tener todavía fondos suficientes hasta mediados del próximo año, pero eso no incluye la financiación de los bancos. Lo cierto es que, si el BCE dejara hoy mismo de prestar a los bancos, el sistema se vendría debajo de la noche a la mañana.

De modo que la situación se hace más tensa a cada día que pasa. Aun así, todo el mundo espera que el ministro de finanzas, Brian Lenihan, ceda y acepte un rescate. Eso significa trasladar todas las pérdidas al contribuyente irlandés.


Pero ¿qué ocurriría si Lenihan se plantara y decidiera reestructurar la deuda, en vez de tomar dinero prestado del EFSF?


El periodista de la BBC antes mencionado, Rober Preston, fantasea con esa posibilidad en un artículo recientemente publicado por la cadena británica. He aquí un extracto:


"La banca angloirlandesa y los bancos irlandeses a ella asociados tendrían probablemente que declararse insolventes. Y (…) muchos miles de millones de euros que los contribuyentes irlandeses han inyectado ya en esos bancos quedarían de todo punto depreciados…


"Eso movería entonces enormes cantidades dinero cobradero por los suscriptores de los derivados financieros de impagos crediticios (CDS), los contratos de seguro contra deudas hechos por prestamistas y especuladores. Esos dineros generarían ingentes pérdidas en las instituciones financieras, incluidos los bancos, que suministran la cobertura de los CDS…


"Incluso sin el multiplicador de pérdidas que son los mercados CDS, el impacto de los recortes en la deuda resultarían dolorosos para la banca británica e internacional. De acuerdo con el Banco de Pagos Internacionales, el préstamo total de los bancos no irlandeses a los bancos irlandeses ronda los 170 mil millones de dólares, de los cuales los bancos británicos proporcionaron 42 mil, los bancos alemanes, 46 mil, los bancos estadounidenses, 25 mil y los bancos franceses, 21 mil." ["Ireland: How much punishment for British and international banks?", Robert Peston, BBC.]


Si Irlanda abandona el euro, se abrirán las puertas del infierno. El Estado irlandés tendrá que emitir una nueva moneda, a sabiendas de que sus deudas seguirán denominadas en euros de valor mucho más alto. Eso aumentará su carga deudora. Y se verá bloqueado en la captación de capital por los mercados de bonos hasta que se haya puesto al corriente con las viejas deudas. En el mejor de los casos, le tomaría una década o más salir del pozo y restaurar su credibilidad ante los mercados. Por otra parte, se habría librado de la camisa de fuerza del euro y habría logrado reestablecer su soberanía. Eso no es moco de pavo, ¿pero vale realmente la pena?


El periodista Peter Osborne echa un vistazo al asunto de la soberanía en un artículo recientemente publicado en el Telegraph. Va un extracto:


"No puede negarse que Irlanda ha perdido su estatuto de nación soberana. Gracias a su desastroso enmarañamiento en el euro, ha perdido toda independencia en política interior, exterior y, sobre todo, económica. La nación irlandesa es la criatura de Bruselas y del Banco Central Europeo. El primer ministro irlandés se ha convertido en un procónsul destinado por Bruselas en Dublín. Brian Lenihan, el ministro de finanzas, es como el gestor ultramarino de una filial de Bruselas. 

Para quienes amamos Irlanda, esto es miserable y deprimente, pero hay que recordar que análogo destino aguarda a muchos otros países europeos. Grecia ya está haciendo lo que le dictan el FMI y el BCE; pronto ocurrirá lo mismo en Portugal y, a su debido tiempo, en España." ["Ireland has lost its sovereignty and is now the creature of Brussels – thanks to the euro", Peter Oborne, Telegraph.]

No está solo Osborne en la idea de que Irlanda comete un error permaneciendo en la Unión Europea. El columnista del Telegraph Ed West ve las cosas de la misma manera, pero describe la alianza UE/Irlanda en términos todavía más sombríos, como un "pacto suicida":


"Irlanda siente una atracción histórica hacia Europa continental como liberadora del yugo británico, pero el vínculo es tal vez aún más profundo, remontándose a los monjes que preservaron la civilización occidental durante las épocas obscuras. Irlanda, más que la mayoría de países, se siente profundamente europea, y su catolicismo fue siempre una parte de eso. No es pura coincidencia que cuando el catolicismo comenzó a declinar, Irlanda adoptara una ideología substitutiva, el sueño de Bruselas. O el pacto suicida más enorme del mundo, como creo yo…


"¿A qué empeñarse durante 800 años en sacudirse el yugo británico para terminar bajo la espada de la UE? Dicho esto, nadie en Irlanda va tan lejos en la oposición a la UE como el UKIP [Partido por la Independencia del Reino Unido] o muchos conservadores tories…


"El proyecto europeo era una idea utópica fundada, no en la lógica práctica, sino en una visión idealista, y tenía un solo propósito en mente: la unión política total. En el camino hacia ella, sus arquitectos han mentido repetidamente a la opinión publica, particularmente en el proceso de creación de una sola moneda, cosa para la que la lógica más elemental sugiere la necesidad de una unificación política previa." ["Ireland's smug, Euro-loving elite has led their country to ruins – 'Little Englanders' saved ours", Ed West, Telegraph.]


La crisis financiera se ha llevado por delante buena parte del simulacro que rodeaba a la UE de los 16 países. Ninguno de ellos sigue ya chachareando sobre el final de las guerras y sobre un presente y un futuro de prosperidad compartida. El foco se ha desplazado hacia la necesidad de que los trabajadores se aprieten el cinturón y hacia la habilitación de paracaídas de oro para banqueros y tenedores de bonos. En otras palabras, las elites están librando la implacable guerra de clases de siempre, sólo que, esta vez, parapetados tras la fachada de la unidad europea. ¿De verdad quiere Irlanda ser parte en esa farsa?


Es hora de que Irlanda abandone la UE y dé plantón al Superestado mal nacido. Debería haberlo hecho hace muchos años.

(*) Mike Whitney es un analista político independiente que vive en el estado de Washington y colabora regularmente con la revista norteamericana CounterPunch.

Fracaso del G-20 / Alejandro Nadal *

La reunión del G-20 en Corea concluyó en un estrepitoso fracaso. El superficial comunicado está plagado de errores y promesas falsas. Es mal presagio de lo que vendrá.

Para empezar, no se alcanzó ningún acuerdo sobre los problemas más importantes que aquejan a la economía mundial, ni siquiera en lo que se refiere a la llamada guerra de divisas. En su comunicado final los líderes del G-20 acordaron fortalecer la flexibilidad en los tipos de cambio para que reflejen de manera más precisa los rasgos fundamentales de las economías, y dejaron claro que buscarán que las fuerzas del mercado determinen las paridades.

Hay dos problemas con estas ideas. Primero, los flujos de capital y las políticas de esterilización hacen que la idea de un mercado en el que se fija de manera más certera la paridad cambiaria sea una quimera. No existe tal mercado en el que se llega a determinar algo así como un tipo de cambio de equilibrio. Lo que sí existe es un espacio económico apto para dar rienda suelta a la especulación.

Segundo, la flexibilidad cambiaria no sirve como indicador sobre el estado de salud de una economía. Muestra de eso es precisamente la economía mexicana, en la que los flujos de capital han permitido mantener un peso fuerte en el contexto de una economía enferma. La razón es que con una liberalización financiera absoluta, los flujos de capital responden más a los diferenciales de rendimientos reales entre economías que a otra cosa. Su preferencia por la nuestra no es más que un reflejo de los bajísimos (o nulos) rendimientos reales en otros países.

La verdad es que aquellas líneas fueron insertadas en el comunicado final a insistencia de Estados Unidos y estaban dirigidas a China, país que regularmente interviene para mantener su moneda subvaluada. Pero Pekín insiste en que su política cambiaria se orienta en el sentido indicado por el comunicado final.

Por otro lado, los líderes del G-20 condenaron solemnemente llevar a cabo devaluaciones competitivas de sus divisas. Este pasaje se incluyó para recordarle a Estados Unidos que muchos países no ven con buenos ojos su política monetaria hiperflexible y, en especial, la inyección de liquidez recientemente anunciada por la Reserva federal. Se dice que la delegación estadunidense quiso cambiar la palabra devaluación por subvaluación. Eso era algo más que un refinamiento semántico, pues lo que buscaba era revirarle la carga del mensaje a Pekín.

La realidad es que casi la única medida constructiva para contrarrestar la recesión es precisamente la flexibilización cuantitativa de la Fed. Quizás no es lo mejor en el contexto actual en Estados Unidos, pero como dicen muchos experimentados analistas (incluyendo a Nouriel Roubini y Chris Whalen) en vista de que no habrá otro estímulo fiscal, es ya casi lo único que se puede intentar.

Claro, la flexibilización cuantitativa hace que se reduzca el valor del dólar y se aprecien el euro y el yuan. Y en el G-20 se dejó notar el malestar. Sin embargo, las cosas empeorarían si la economía estadunidense se contrajera todavía más, porque las exportaciones del resto del mundo sufrirían. Ni hablar, no se puede dejar contento a todo mundo al mismo tiempo.

Antes de la reunión el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, publicó un artículo en primera plana del Financial Times haciendo un llamado para introducir un nuevo sistema monetario mundial basado en un patrón oro modificado y un papel menos importante para el dólar. En este artículo reconoce que el sistema monetario que emergió de la conferencia de Bretton Woods dejó de ser viable. El nuevo sistema monetario estaría basado en relaciones de cooperación y debería incorporar al euro, el yen, la libra esterlina y el yuan, junto con el dólar, como las monedas de reserva internacional. Las reglas del nuevo orden seguirían estando basadas en la liberalización financiera y el oro sería la referencia para las expectativas sobre inflación y deflación, así como para la paridad real de esas monedas.

Zoellick argumenta que su propuesta está basada en el reconocimiento del papel de las potencias emergentes y de los rivales del dólar en la economía mundial. Pero no dice nada sobre las verdaderas causas de la decadencia del dólar como la principal o dominante moneda de reserva internacional. En especial, no toma en cuenta el hecho fundamental de que la utilización de estas unidades como referentes de las transacciones y pagos internacionales es una forma de perpetuar la contradicción que conlleva usar monedas nacionales como reserva internacional. Es lo que el G-20 no puede reconocer.

La verdad es que asistimos a la desintegración de un sistema monetario mundial. La experiencia histórica nos dice que las transiciones a nuevos sistemas monetarios internacionales han estado asociados con guerras de grandes dimensiones. El fracaso del G-20 está en su incapacidad para reconocer la necesidad de transitar de manera pacífica a un nuevo esquema de relaciones monetarias internacionales.


(*) Alejandro Nadal es economista, profesor de la UNAM y miembro del Consejo Editorial de SinPermiso.

La ciudad y la Comunidad de Madrid, laboratorio neoliberal / Carlos Girbau *


El 18 de noviembre, en el pleno de la Asamblea de Madrid se consumó, gracias a la mayoría absoluta del Partido Popular (PP), una mordaza que deja sin voz ante la Administración a 225 asociaciones. El instrumento utilizado para lograrlo fue la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos. A ese golpe hay que sumar otro: el recorte de representantes sindicales con dedicación plena (liberados) que se está produciendo en la Administración autonómica y que afecta a los sindicatos de clase (CCOO y UGT).

Por ese retorcido camino que representa la Ley de acompañamiento presupuestario se “extinguirán” en Madrid, a finales de 2010 los únicos órganos de participación de las mujeres, de la juventud, del funcionariado, del pueblo gitano, de quien caza, de quien pesca, de los bomberos, de las mujeres maltratadas, del empresariado, de trabajadoras y trabajadores de la Industria y del Turismo, de los cooperativistas, de la economía social, de los estudiantes universitarios, de los agentes forestales, del personal sanitario y usuario de la salud, del voluntariado y de las ONG, de las organizaciones de los servicios sociales. 

En resumen, un total de 19 entidades públicas y 83órganos colegiados, entre los que se cuentan los Consejos de la Mujer y de la Juventud o el Defensor del Paciente [1]. Se liquidan así los mecanismos, en su mayoría consultivos, que fueron constituidos para ayudar a canalizar la relación entre las organizaciones sociales y el gobierno regional de turno [2].

La justificación para esta “limpia” es su coste económico. Un argumento que no se sostiene, dado que estamos hablando de un gasto total de 500 mil euros al año. Pensemos que el gasto en publicidad de Metro de Madrid, empresa dependiente de la Comunidad, es de más de 15 millones de euros al año. [3] Resulta más que evidente que el problema no está en el precio [4].

La derecha política llama austeridad a lo que en realidad representa una selección premeditada de prioridades entre las que obviamente no se encuentra la participación ciudadana. Abunda en esta idea el zarpazo que a la misma le ha propinado la otra voz significativa del PP madrileño, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón quien, en nombre del “ahorro”, ha decidido cerrar las instalaciones municipales a las 17h y convocar los plenos de distrito, a los que habitualmente asistían representantes vecinales, a las 14h. 

La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, con el apoyo de buena parte de colectivos ciudadanos, ya ha mostrado su rechazo a esta medida y ha iniciado una campaña de movilizaciones tendentes a defender unos presupuestos participativos contra el cerrojazo a la palabra del alcalde. [5] Tampoco en este caso el problema radica en el precio de la luz, aducido para cerrar los edificios y yugular la participación. Pensemos que sólo la adecuación de la nueva sede municipal, rechazada por toda la oposición, representa 400 millones de euros, una cifra muy superior a los costes eléctricos y de personal.

Un laboratorio neoliberal

Madrid se ha transformado con el paso del tiempo en el conejillo de indias favorito de todos los experimentos neoliberales. Ello se nota en el modelo de crecimiento que se siguió en la época de bonanza, basado claramente en el ladrillo, el uso extensivo y depredador del territorio, el endeudamiento privado, la reducción de la industria y el crecimiento de un trabajo precario, mal pagado y de escaso valor añadido, centrado en los servicios, incluido el doméstico.

Junto a ello, la política pública ha sido de reducción sistemática de impuestos a los sectores más pudientes y de transferencia del dinero público al sector privado, a través de un sistema de privatizaciones que se ha cebado especialmente en la sanidad, la educación y las políticas sociales. [6] Una política que ha ido dejando una huella que ahora, instalados en las vacas flacas, significa que Madrid destruye empleo más deprisa que otras comunidades basadas en modelos de crecimiento distintos como por ejemplo, Euskadi. Sólo evita que las cifras lleguen al escándalo el valor salvífico el empleo público, tan denostado por la derecha, el cual sigue pensando mucho en la capital. A pesar de ello, la Comunidad de Madrid cuenta con 546 mil parados.

Descapitalización y endeudamiento constituyen las dos caras de una política neoliberal extrema que sigue reduciendo industria, manteniendo descuentos fiscales a los más ricos y transferencias de dinero público a las arcas privadas. Pese al nulo resultado de estas políticas como medios de salir de la crisis y a sus efectos devastadores sobre el tejido humano, el momento de cambiarlas parece lejano a tenor de las dosis de la misma mala medicina que va de la mano de los presupuestos de la Comunidad y de los principales ayuntamientos madrileños gobernados en su mayoría por el PP.

Los Presupuestos de 2011

El nuevo sistema de financiación autonómico, que se acordó el ejercicio anterior, representó que Madrid ingresará 1.750 millones de euros más, 657 de los mismos en el año 2011. Con todo y con ello, los presupuestos para el año próximo son negativos. Es el tercer año consecutivo que ello ocurre. Las cuentas madrileñas se sitúan hoy en los niveles de 2007. El presupuesto decrece en 907,3 millones de euros, un 4,2%, colocándose en 20.534,3 millones de euros [7].

El gobierno de Esperanza Aguirre presenta sus presupuestos como “de ahorro en crisis”, cuando en realidad son “restrictivos y muy selectivos”. Su fin es salvar una cierta política y a quienes ésta beneficia. No se recorta todo, ni todo se recorta por igual. Por ejemplo, los presupuestos entregan 3.000 millones de euros a las grandes rentas y patrimonios de Madrid a través de un conjunto de regalos fiscales que comienzan por el impuesto sobre el patrimonio. Desde que se inició la crisis, por ese concepto se han dejado de ingresar 7.800 millones de euros [8].

Por primera vez el gasto social cae (-3%), hay una fuerte reducción en el presupuesto de educación (-4.9%), se establecen recortes en materia de políticas activas de empleo (-5.4%), así como una caída del 21% en el gasto público en vivienda. Hay que destacar que esto ocurre a pesar de que el Estado aporta más y que en parte el dinero que entrega es finalista. O sea tiene partidas asignadas, como por ejemplo, educación. Viendo el hachazo propinado a este capítulo, cabe preguntarse dónde está ese dinero “de más”.

La respuesta se halla en que, lejos de la austeridad que publicita el PP, se trata de un presupuesto más que generoso con partidas de dinero público destinadas a ser transferidas de manera directa al capital privado, a las grandes empresas y a quienes son sus propietarios, especialmente las constructoras [9]. Lejos de modificar su política profundamente neoliberal, los gobiernos de la Comunidad y de la ciudad de Madrid [10] apuestan por profundizarla aplicando la tijera. 

Por esa razón, y a pesar de la caída del presupuesto de gastos, el monto de las privatizaciones queda garantizado. Este proceso se observa en secciones claves del Estado social, como son el aumento de los conciertos educativos, dinero a la enseñanza privada, que se incrementa un 0.65%. 

Otro tanto ocurre con la sanidad que, con respecto a 2010 ve aumentado en un 32% el dinero para el pago del canon, los conciertos y las externalizaciones. Mientras, las partidas que dotan de recursos a los centros hospitalarios de gestión pública caen en un 8,9%. Todo ello, por no hablar de los 98,1 millones de euros en concepto de peajes en la sombra de carreteras de circunvalación urbana (5,3 millones más que en 2010) que abonará la Comunidad.

A pesar del discurso neoliberal de Esperanza Aguirre o Alberto Ruiz Gallardón, amparado en una supuesta “lucha contra el déficit”, la deuda de ambas Administraciones no paran de subir. En la Comunidad alcanza ya los 14.855 millones de euros y en el ayuntamiento de la capital los 7.145 millones. Para 2011 se prevé que la deuda de la Comunidad de Madrid crezca en 1.655 millones de euros y que el coste de su pago se coma ya el 8,4% del presupuesto total.

Degradación de derechos

Estas políticas de recorte sistemático de lo público y transferencia a las grandes empresas están socavando y degradando la democracia y la ciudadanía hasta límites casi terroríficos. Al empeorar la sanidad, la educación o al producirse una mercantilización derechos, que por serlo deberían ser universales y a cargo de los impuestos, empeora la democracia, el gobierno de las cosas por parte de la mayoría. Las áreas de decisión política se trasladan hacia espacios no electos, controlados por una minoría cada vez más poderosa y a la que no escoge nadie. 

Así, los mismos derechos acaban, para los políticos neoliberales, perdiendo valor y sentido. Se convierten en “un gasto inútil”, a pesar de su ridículo coste. Ello explica la mordaza a la participación, vía eliminación de los órganos de consulta ciudadana en la Comunidad o el cambio de hora de los plenos, adoptado por el ayuntamiento de la capital.

La izquierda social y política al comparar la envergadura del ataque contra los derechos con su capacidad de respuesta y el resultado de la misma, vive desde hace tiempo en una profunda desorientación, acrecentada por el giro neoliberal del gobierno de Zapatero. Ante esta situación, los esfuerzos por evitar el sálvese quien pueda y centrar los problemas sobre el principio de la recomposición y la suma de fuerzas adquieren una doble importancia. De un lado, actuar de valladar ante la ofensiva descrita, del otro, empezar a responder a la desorientación con la propuesta.

Tiene especial relevancia la Iniciativa Sindical Madrileña que CCOO y UGT lanzaron en octubre y en la que se incluyen los ejes básicos de cualquier respuesta a las políticas neoliberales de la derecha (impuestos, empleo, modelo de desarrollo, industria, protección social).

En el marco de la acumulación de fuerzas y de búsqueda de otras maneras de crear tejido social y establecimiento de su relación con la política, se encuentran propuestas como la de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, a través de la campaña por unos presupuestos participativos desde abajo. Así mismo, otro tipo de iniciativas como las de plataforma ciudadana madrileña y diversos colectivos ecologistas demuestran que existen intentos claros de responder y ganas de avanzar hacia otra política, hacia otras formas de hacer, volcadas en la gente, en la ciudadanía, y no en los bancos y las constructoras.

Desgraciadamente, el corte de algunas propuestas en relación con la política y la división aún imperante impiden que todo ello acabe sumando más y termine forzando un salto cualitativo. No se trata aquí de negar razones para esta división y parcialización, sino señalar que a pesar de la riqueza de matices que ofrecen las diversas formas de responder a la políticas del PP en Madrid, éstos quedan negados precisamente por el efecto disolvente de una división que, lejos de reforzar los distintos espacios, separa a todo el mundo y no frena el avance neoliberal.

En este sentido, el esfuerzo más transversal, que no por ello el más publicitado, en la definición de salidas favorables a la mayoría de la sociedad, es el intento de recuperar la ciudadanía en el sentido más amplio posible y contestar, no sólo con medidas, sino con la recuperación de derechos y la conquista de otros nuevos, que lleva a cabo el Foro social de Madrid a través de su iniciativa a favor de una Carta de Derechos de ciudadanía de la Comunidad de Madrid. No representa ésta una propuesta contra otras, sino un intento que aunque limitado, sí pretende ser superador de la división y desorientación que domina el espacio de la izquierda. 

La iniciativa de la carta quiere levantar dos banderas: la de valladar a la ofensiva neoliberal y la de propuesta anti neoliberal sobre la base de la defensa de derechos universales, por tanto, basados en lo público y convencidos de que el desarrollo humano constituye un proceso de expansión de las libertades reales de las que goza la gente. Un desarrollo ahora atacado por la codicia de sectores muy poderosos y de unas Administraciones proclives a servirlos.

NOTAS: [1] La Ley de acompañamiento ha sido rechazada por la fracción sindical en el Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid y por PSM e IU en la Cámara parlamentaria. Reducción de la Administración: se extingue el Consejo de la Juventud, y se disuelve Alcalá Natura 21, cuyas competencias se integrarán en la Dirección General de Deportes. La empresa pública Hidroser, Servicios Integrales del Agua, se fusiona con Canal Extensia. En la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior, se extinguen el Patronato Madrileño de Áreas de Montaña y el Instituto Madrileño de Administración Pública, integrándose el conjunto de sus bienes, competencias y personal en la Consejería. También se disolverá la Sociedad Campus de la Justicia. En la Consejería de Economía y Hacienda se extingue el ente público Instituto Madrileño de Desarrollo -Imade- y sus competencias pasan a otras unidades administrativas. También se disuelve Turismo de Madrid cuyas competencias se integran en la Dirección General de Turismo. Las competencias de el Mercado Puerta de Toledo, S.A., el Consorcio Escuela de Hostelería La Barranca y la Agencia Financiera de Madrid. Participación regional: Por otra parte, se pondrá a disposición de la iniciativa privada de la participación de la Comunidad en el capital social del Centro de Transportes de Coslada, Tecnoalcalá, Promomadrid, el Consorcio Centro de Laboratorios y Servicios Industriales de Madrid, Capital Riesgo Madrid, Inicap y Cemesa. En la Consejería de Transportes e Infraestructuras, Aeropuertos de Madrid se integrará en la empresa pública Mintra. En la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, las sociedades Arpegio, Invicam y Tres Cantos S.A.  se unirán en una nueva y se enajenará la participación regional en Gedesma (Gestión y Desarrollo del Medio Ambiente de Madrid). En el área de Sanidad, se extingue el Instituto de Nutrición y Trastornos Alimentarios de la Comunidad de Madrid, que se integra en el Servicio Madrileño de Salud y se integra al Defensor del Paciente en la Dirección General de Atención al Paciente. Además se extinguen el Consejo de la Mujer y el Instituto Regional de Cualificaciones Profesionales, dependientes de la Consejería de Empleo, Mujer e Inmigración.  Más información en www.Madrid.org,  www.que.es  y http://www.nodo50.org/fadsp/ [2]  ANTE LA SUPRESIÓN DEL CONSEJO DE LA MUJER: La Comisión Permanente del Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid lamenta haber conocido la supresión de este organismo a través de la nota de prensa emitida el jueves, 11 de noviembre, por la propia Comunidad de Madrid.  La Comisión Permanente reclama al Gobierno regional toda la información sobre esta disolución, al objeto de cumplir nuestro compromiso con las 143 asociaciones de mujeres a las que representamos. El Consejo de la Mujer fue creado por Ley en 1993 y su labor es canalizar ante las Administraciones Públicas las necesidades sociales de las mujeres, estar presentes en la toma de decisiones, y que se hagan oír y ejecutar las demandas que las organizaciones de mujeres reivindican.  La Comisión Permanente del Consejo de la Mujer asume el compromiso de seguir representando a las asociaciones y de trabajar para continuar siendo el órgano de participación del movimiento asociativo de mujeres de la Comunidad de Madrid. [3] Gasto de publicidad del metro de Madrid 52 millones de euros en 4 años. http://www.publico.es/espana/327352/metro-de-madrid-dispara-el-gasto-en-publicidad. [4] CCOO de Madrid y UGT consideran que Esperanza Aguirre ha cometido con esta Ley una vulneración de la Constitución en sus artículos, 7, 9, 28, 37 y 48 y así como contra el Estatuto de Autonomía, artículo 1, 3 y 26. A esto se añade el artículo 5 del convenio de 150 de la Organización Internacional del Trabajo en cuanto a participación de la ciudadanía y el 98 en cuanto a la libertad sindical. Los sindicatos constatan que no hay razón de ahorro ya que son órganos de participación que en su mayoría ni cuentan con presupuesto propio. El objetivo es la eliminación de todo instrumento de participación y control de las políticas esquilmadoras del Estado de Bienestar que se practican en la Comunidad de Madrid. [5] Las asociaciones vecinales toman la Plaza de la Villa en su pleno alternativo.- Unas 450 personas tomaron ayer por la tarde la Plaza de la Villa para protestar por los recortes municipales en servicios y equipamientos y por las restricciones en materia de participación ciudadana. Frente al espacio que acoge el máximo órgano de deliberación del Ayuntamiento, siguiendo el llamamiento realizado por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) y los grupos municipales de IU y PSOE, desarrollaron durante algo más de una hora un animado pleno alternativo. http://aavvmadrid.org/. [6] Más datos de todo ello y sus consecuencias en: Consideraciones y posibles alternativas a la política del PP en la Comunidad de Madrid. Carlos Girbau. 14/12/08 http://www.sinpermiso.info. [7] Presupuestos de la Comunidad de Madrid, valoración sindical. Madrid, 11/11/2010. [8] En concreto, la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones significa una merma de 2.771 millones euros en 2011, de los que 2.300 millones van en beneficio de los 53 mil grandes patrimonios de nuestra región. Con ese dinero se podrían haber creado 200.000 puestos de trabajo, aplicar la gratuidad a la escuela pública en la etapa 0-3, la construcción de 55 centros de salud, acabar con las listas de espera en la sanidad y lograr el pleno desarrollo de la Ley de Dependencia. (El presupuesto de 2011 en 10 características. Grupo parlamentario de IU-CM). [9] Recordemos que fueron precisamente las constructoras quienes según las informaciones periodísticas estuvieron detrás del Tamayazo que permitió en el año 2003 y, gracias al no voto de dos diputados del PSOE (Tamayo y Sáez) que Esperanza Aguirre fuera nombrada por primera vez presidenta de la Comunidad de Madrid. [10] La Federación Regional de Asociaciones de vecinos denuncia como en el año 2010 el Ayuntamiento de Madrid restableció la tasa de la basura gracias a la cual obtuvo unos ingresos “extra” de 166 millones de euros. Y sin embargo eliminó el servicio de recogida de la hoja y la recogida nocturna de muebles y enseres.  Los contenedores públicos se recogen cada dos días y este año no habrá campaña especial de limpieza en Navidades. Además, el Ayuntamiento ha acumulado una deuda de 289 millones de euros con las empresas de limpieza y de 67 millones con las empresas de mantenimiento de los jardines. En la actualidad, no hay refuerzo del servicio de fin de semana y no se cubren las bajas por vacaciones. http://aavvmadrid.org/


(*) Carlos Girbau es coordinador del Foro Social de Madrid.