viernes, 31 de agosto de 2012

Pobreza: La nueva industria del crecimiento en Estados Unidos / Dean Baker *

Las tendencias recientes de los índices de pobreza en EE UU deberían tener al país furioso con sus dirigentes. Cuando, el próximo mes, obtengamos los datos de 2011, seguramente volveremos a ver otra subida de esas cifras, un comportamiento que representa un vuelco respecto a casi 50 años de progreso económico. El porcentaje de personas que viven en la pobreza extrema, con rentas que no alcanzan ni la mitad del umbral de pobreza, volverá probablemente a ser el más alto desde que se registran estos datos. 

Empeora aún más la situación el hecho de que muchos de esos pobres son niños. En 2010, el 27% de todos los niños de Estados Unidos vivían bajo el umbral de pobreza. En el caso de los niños afroamericanos, la cifra se aproximaba al 40%.

Muchos echarán la culpa a la reforma de la ley de asistencia social que se aprobó en 1996 con apoyo de los dos partidos. Es razonable. Fue un proyecto que incluyó mucho hablar para la galería y eliminó las garantías que habrían podido proteger a millones de familias en una crisis tan grave como la que ahora vivimos.

Los defensores de la reforma que ahora se muestran sorprendidos por las consecuencias deberían dedicarse a otro trabajo. En su momento hubo muchos que advirtieron de que la falta de garantías federales podía generar serias penalidades en un momento de crisis económica. Nadie tiene derecho a extrañarse ahora. El aumento de los índices de pobreza en una situación como la actual era un resultado previsible de la ley y, de hecho, se predijo.
Sin embargo, la historia tiene otro aspecto, el estado general de la economía, que es la causa fundamental del aumento del índice de pobreza. La inmensa mayoría de la población estadounidense obtiene la mayor parte de sus ingresos de su trabajo, y eso incluiría a las decenas de millones de personas que viven en la pobreza si tuvieran acceso a un puesto de trabajo. En la economía actual, esas personas no pueden encontrar empleo, o por lo menos no pueden encontrar un puesto de jornada completa que les ofrezca nada remotamente parecido a un salario para poder vivir.

El motivo por el que muchas de esas personas no pueden encontrar empleo es la pésima gestión económica de personas que se llaman nada menos que Robert Rubin, Alan Greenspan y Ben Bernanke. Estos pensaron que las burbujas que habían impulsado la economía en las dos últimas décadas, la burbuja de la bolsa en los años ochenta y la de la vivienda en el último decenio, estaban muy bien. Por alguna razón, pensaron o que las burbujas no iban a estallar o que sería fácil arreglar las cosas cuando estallaran. En el caso de Robert Rubin, se benefició personalmente -con unos beneficios de más de 100 millones de dólares- de la burbuja inmobiliaria después de dejar su cargo de secretario del Tesoro para convertirse en directivo de Citigroup. 

Sin negar la importancia de tener sólidas redes de protección para garantizar que las personas puedan sobrevivir a los periodos difíciles, todavía más importante es tener una economía fuerte que sea capaz de generar empleo bien remunerado. Por desgracia, en la agenda política actual no se vislumbra nada que vaya a permitir esa recuperación del pleno empleo a corto plazo.

Los dos candidatos presidenciales aseguran que se comprometen a reducir el déficit como si hubiera un proceso mágico que hace que las empresas empiecen a contratar trabajadores, cuando ven que las escuelas están despidiendo a profesores y los contratistas de defensa están despidiendo a empleados de sus fábricas. En 1996 no hubo más que unos cuantos políticos que tuvieron la valentía de alzarse y decir que la reforma de la asistencia social iba a poner en peligro la seguridad de millones de familias, y ahora hay muy pocos que estén dispuestos a levantarse y decir que necesitamos más inversiones públicas para crear empleo y reconstruir la economía.

La realidad es que el estallido de la burbuja inmobiliaria creó un enorme vacío de la demanda en la economía. A corto plazo, ese vacío solo puede llenarlo el Gobierno, nos guste o no. Hasta que consigamos que la economía se recupere y empiece a crear los millones de puestos de trabajo que se necesitan, las cifras de la pobreza seguirán siendo horribles. Por eso, la vía principal para remediar la pobreza pasa por arreglar la economía.

(*) Economista y Codirector del CEPR ( Center for Economic and Policy Research in Washington, DC); autor, 'The End of Loser Liberalism: Making Markets Progressive'.

jueves, 30 de agosto de 2012

Otra entrevista con Ignacio Ramonet

“Tenemos una crisis y los responsables de esa crisis son aquellos que han aceptado una teoría económica, el neoliberalismo, como si fuese una verdad fundamental. Son los dirigentes políticos del PSOE y del PP, que han gobernado en un largo periodo que comienza en 1982 y que ha naufragado ahora. Y, por otra parte, todo el mundillo financiero: los banqueros, los responsables de las cajas de ahorros, el Banco de España… Todos esos responsables, no están rindiendo cuentas ni pasando por tribunales. Cuando hay un fracaso de la clase política dominante además de una situación catastrófica y se hace pagar a la sociedad de las consecuencias con un castigo inmerecido, creo que hay justificación para que surja un movimiento de desobediencia civil”.


http://youtu.be/xE37e8j39i8

La falta de memoria histórica de los alemanes / Edmundo Fayanas Escuer *

Alemania ha sido, en el último siglo, el país que más se ha negado a pagar sus deudas. Éstas no han sido consecuencia de las finanzas, sino de las dos guerras mundiales ocasionadas por ellos mismo debido a haber invadido, destruido, saqueado y matado. Veamos.

Tras perder la I Guerra Mundial por el Tratado de Versalles de 1919, fue condenada a pagar reparaciones de guerra por la cantidad de 226.000 millones de marcos de oro. Con la finalidad de que no consiguiera una rápida recuperación económica y volviera a ser un peligro para Europa.
Entre 1924-1929, la república alemana de Weimar recibió préstamos de Estados Unidos por valor de más de un billón de dólares, con la finalidad de sostenerlo y para que pudieran pagar las indemnizaciones impuestas en el Tratado de Versalles.
Debido al crack de 1929, y como Alemania no pagaba sus deudas, se aprobó el Plan Young en el año 1930, reduciéndosela a 112.000 millones de marcos de oro. Posteriormente, por medio de la moratoria Hoover y las negociaciones de Lausana, tanto Francia como el Reino Unido renunciaron a las indemnizaciones que Alemania debía pagarles.
Todo esto significó que la deuda alemana fue cancelada en un 98%. Ese 2% de la deuda que quedaba nunca fue pagada por Alemania, porque al llegar al poder Hitler, una de sus primeras medidas fue suspender unilateralmente el pago de dicha deuda.
Como consecuencia de la II Guerra Mundial, nuevamente Alemania es condenada a pagar grandes indemnizaciones económicas por la guerra que ella inicio. Estas deuda nunca han sido pagadas por Alemania y así, mediante el Tratado de Londres de 1953, se congeló dicha deuda a los alemanes.
Es curioso ver el caso de Alemania con Grecia y nos daremos perfectamente cuenta lo que hace Alemania con Grecia actualmente y su escandalosa falta de memoria histórica e incluso de ética.
Grecia fue sancionada a dar compensaciones de guerra a Alemania desde el año 1881 por sus conflictos anteriores. Estas compensaciones nunca han sido perdonadas por los alemanes. En el año 1964, con la presión alemana, consiguió que los partidos mayoritarios Pasok (socialistas) y Nueva Democracia (conservadores),reconocieron estas deudas, que deben ser pagados con altísimos intereses.
Alemania tiene una deuda histórica con Grecia y nunca la ha pagado. Hitler tomó Grecia en el año 1941 y le impone la concesión de un préstamo al país heleno por la cantidad de 3.500 millones de dólares. Como consecuencia de la ocupación militar alemana y la guerra que hay se produjeron grandes destrozos en el país.
Acabada la II Guerra Mundial, Alemania recompensó a Polonia en el año 1956 y a Yugoslavia en 1971 con 20.000 millones de dólares.
Grecia ha pedido nueve veces a Alemania el pago del préstamo impuesto por Hitler al país y las indemnizaciones por la destrucción nazi del país heleno. Alemania nunca ha respondido a tal petición.
Si se actualizara esta deuda desde 1944 a 2010, aplicando el interés  medio de los bonos norteamericanos, se debería pagar a Grecia la cantidad de 163.800 millones de dólares. A ello debería sumar el coste de las reparaciones de guerra que se calculan en 332.000  millones, así que la cantidad estimada que Alemania debería pagar a  Grecia es de 495.800 millones de dólares, cantidad suficiente para que Grecia saldará todas sus deudas actuales y evitara el gran  sufrimiento que le están provocando los alemanes y la Unión Europea.
Jacques Depla, economista francés y asesor del expresidente francés Nicolás Sarkozy, calculó en el año 2011 que la deuda alemana con Grecia ascendería a 575.000 millones de dólares.
Cuando en 1990 se produce la unificación de Alemania, ésta es debida  a la generosidad de toda Europa, incluida Rusia, hacia los alemanes.  A estas alturas, parece claro que los alemanes nunca han valorado la generosidad de los europeos con ellos. La unificación alemana implicaba la obligación de retomar las indemnizaciones que habían sido congeladas. Sin embargo, la Alemania del canciller Kohl se niega a pagar dichas indemnizaciones.
Es importante que todos, incluidos los alemanes, leyeran su historia, y de esta lectura tuvieran conocimiento de esto que cuento y además analizaran otros dos aspectos de ella. Veamos.
El primer aspecto es que Alemania fue el país más favorecido por el plan Marshall en una muestra de gran generosidad y que permitió una rápida recuperación económica del país. Esto nunca debería ser olvidado por los alemanes.
El segundo aspecto a recordar es que muchas de sus multinacionales como Krupp, Thyssen, Volkswagen, Bayer, Afga… se aprovecharon durante los años del nazismo, del trabajo de cientos de miles de prisioneros políticos, judíos, gitanos, que los nazis les proporcionaban gratis en una situación de esclavitud gracias a los trabajos forzados de los más de 78 campos de concentración nazis, que han permitido el gran desarrollo económico y el gran poder actual de dichas multinacionales.
Imagino que a algunas personas que lean este artículo se les removerán las vísceras, pero esto es historia real y Alemania debería aprender de ella y sacar las consecuencias debidas, siendo menos cerrada y doctrinal en estos momentos de mayor esplendor económico. Europa necesita una Alemania donde el demos europea sea el predominante.
Necesitamos la generosidad alemana al igual que los europeos la tuvieron con ellos.
 
(*)  Profesor de Historia y redactor de El Inconformista digital

La desaparición de la Europa democrática y de la Europa social / Vicenç Navarro *

Que las instituciones que gobiernan hoy la Unión Europea tienen un déficit democrático muy marcado es bien conocido. Lo que es menos conocido es que este déficit está incrementándose de una manera muy marcada con la integración de países del Este de Europa que se caracterizan por tener instituciones representativas muy poco democráticas y por estar gobernados por elites, que además de ser poco representativas, tienen sensibilidades escasamente democráticas, la mayoría de ultraderecha, recuperando la memoria de los regímenes de simpatías nazis que habían existido en estos países antes de la II Guerra Mundial. 

En Hungría, por ejemplo, el gobierno ultranacionalista ha recuperado el antisemitismo del régimen fascista de Jozsef Nyiro y Albert Wass, cuyos escritos aparecen ahora en los libros de sus escuelas públicas. Tal gobierno utiliza (como lo hace también el gobierno español) la política de austeridad, instruida por la “troika” (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), para desmantelar el Estado del Bienestar así como los servicios públicos. Su mezcla de fascismo “light” con neoliberalismo está llevando a cabo un empeoramiento del bienestar de las clases populares, a las cuales intenta captar con un nacionalismo extremo xenófobo, atribuyendo su malestar a los inmigrantes.

Una situación semejante aparece en Eslovenia, existiendo un peligro muy acentuado que se presenta también en Bulgaria y en Rumanía, con un gran renacimiento del fascismo y nazismo en el Este de Europa. En estos países tales movimientos de ultraderecha están adquiriendo gran poder, sin que ello haya causado una alarma en el resto de Europa, en parte, porque las propuestas económicas que tales grupos están impulsando –el neoliberalismo- coinciden con las que está proponiendo la Troika, políticas, por cierto, que en ningún país donde tales políticas se están llevando a cabo responden a un mandato popular pues no estaban en los programas políticos de los partidos gobernantes (situación que se refleja claramente en España también).

La dilución de la Europa Democrática
Nos encontramos pues en una situación en la que gran parte de las políticas que se están hoy llevando a cabo en la mayoría de países de la Unión Europea (políticas que están debilitando enormemente los Estados del Bienestar en cada uno de estos países) se están haciendo, repito, sin que ninguna de tales políticas apareciera en los programas electorales de los partidos gobernantes. España es uno de los casos más acentuados de esta situación antidemócratica en la UE, en la que se están llevando a cabo políticas públicas contrarias y claramente opuestas a las prometidas durante la campaña electoral. Y por si ello no fuera poco, la incorporación a la UE de países del Este de Europa, con gran número de ellos dotados de instituciones muy poco representativas, dominadas muchas de ellas, por las ultraderechas, han acentuado todavía más la dilución de la Europa Democrática.

Estos datos, que extraigo del excelente artículo de John Weeks “Ode on a European Urn” (Social Europe Journal, 09.08.2012), señalan que hoy estamos viendo en Europa, dos hechos relacionados entre sí. Uno es el desmantelamiento de la Europa Social y el otro, que ha sido más silenciado en los medios, la destrucción de la Europa Democrática. La Europa democrática y social, que se había convertido en un punto de atracción y referencia a todas las fuerzas progresistas en el mundo está desapareciendo.

Como bien señala Weeks, como consecuencia de lo que está ocurriendo en la UE se tendría que cambiar el himno de la UE (la excelente 9ª Sinfonía de Beethoven) con su canto a la libertad pues no corresponde a la Europa presente. Para los movimientos democráticos que luchamos contra el fascismo en España, Europa significaba democracia, libertad y justicia social. Hoy, las elites gobernantes de Europa están imponiendo políticas (que el gobierno español dócilmente acepta) que están desmantelando el escasamente desarrollado Estado del Bienestar español, sin que la población de los distintos pueblos y naciones que constituyen España haya sido consultada. Las fuerzas democráticas, continuadoras de las generaciones que lucharon para conseguir la democracia en España, deberían replantearse su visión de Europa y su integración en ella. Nuestra pertenencia en ella está seriamente afectando el bienestar de nuestra ciudadanía.

(*) Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). Es también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 35 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España.

martes, 28 de agosto de 2012

Ramonet: “Nos están despojando de derechos sociales con el pretexto de la crisis”

MADRID.- Dicen que la primera protesta global se produjo en mayo del 68. Pero Ignacio Ramonet no está de acuerdo. El periodista cree que “no había conexión entre las protestas que se produjeron en distintos lugares”. 
 “La globalización”, asegura, “es la consecuencia de la aplicación del neoliberalismo” y por neoliberalismo entiende la “lucha del mercado contra el estado”, la intención del mercado de “expulsar al estado de cualquier tipo de actividad en la que está como protector y organizador de la sociedad”.
La “victoria intelectual de las tesis de Milton Friedman” marcó el comienzo del cambio de muchas sociedades. “Dejan de ser más humanas y acaban con la idea de la justicia social y el estado de bienestar”. Entonces sí se produce “la primera protesta global”: el movimiento zapatista en el estado mexicano de Chiapas.
El ex director de Le Monde Diplomatique dijo en el Foro Social de Rototom que el 1 de enero de 1994, el día en el que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y que el subcomandante Marcos hizo su primera aparición pública, nació “el primer insurgente en internet”. Era el subcomandante.
La Red era aún algo poco conocido. “Inventaron internet en 1989 y en 1994 estaba aún poco extendido. El subcomandante Marcos lo usó con la idea de crear una comunidad mucho más extendida contra la invasión de EEUU”, relató el cofundador delObservatorio internacional de los medios de comunicación.
“Es el primero que organiza los encuentros intergalácticos en la zona de Chiapas”, continuó. “Convocaban a intelectuales que participaban en el debate sobre qué es la globalización. Personas como Naomi Klein”.
El experto en geopolítica recordó entonces el nacimiento de ATTAC. La Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Ayuda a los Ciudadanos nació en 1997 después de un editorial que escribió el propio Ramonet. Querían promover el control democrático de los mercados financieros y las instituciones encargadas de su control, y limitar la especulación en las bolsas.
“Lo que más se vende y se compra en el mundo es el dinero”, enfatizó el doctor Honoris Causa de la Universidad de Santiago de Compostela. “Podemos frenarlo creando una tasa sobre la especulación. Es una forma concreta de protesta”.
Ramonet advirtió del peligro de que los ciudadanos se aparten de los asuntos económicos. “El poder quiere transmitir la idea de que la economía es difícil de entender. Nosotros decimos lo contrario. Es fácil”. Y advirtió también contra “la trampa de la antipolítica”.

En 2001 el concepto de protesta global fue más allá. Nació el Foro Social Mundial, con Ramonet de nuevo como figura clave y con la intención de construir una globalización diferente. “En 1999 se había producido en Seattle una protesta global contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Casi nadie conocía la organización en aquel momento. Era una organización tecnocrática medio secreta. Se creó para garantizar el libre mercado, una de las bases de la globalización”.
“Los poderosos de la Tierra se reúnen en el Foro Económico Mundial de Davos. Allí van los principales financieros y empresarios, y ahí se determinan las políticas que han de seguir los mercados. Ellos convocan a los políticos para que digan qué concesiones van a hacer a las empresas a cambio de que inviertan en sus países”, explicó el gallego. “Davos es la representación de la cesión de la política ante los mercados”.
Ramonet contó que esa constatación les llevó a crear el Foro Social Mundial. “Dijimos que, frente a Davos, teníamos que crear un foro paralelo en el sur y, en vez de convocar a banqueros, llamaríamos a ciudadanos, intelectuales y movimientos sociales. La idea, cogida de Marx, era tratar de entender e interpretar el mundo y cambiarlo después”.
El experto en geopolítica internacional considera que el momento ha llegado. “Hoy entendemos cómo funciona la globalización. Ahora hay que pasar a la transformación”. Pero ¿cómo?
Hace años Ignacio Ramonet pasó un tiempo con el subcomandante Marcos y aprovechó su discurso en aquella carpa del Rototom donde colgaban dos letreros que decían Peace (Paz) y Love (Amor) para hablar de una de las ideas del zapatista. El también llamado Delegado Zero decía que no quería conquistar el poder porque “el poder está vacío”. Por encima del poder está el verdadero poder: los mercados y las entidades financieras. “Un presidente del gobierno está maniatado. El que gana las elecciones tiene que hacer lo que le ordena la Unión Europea y los mercados”, apuntó.
La receta de Ramonet consiste en “cambiar cada pieza de la sociedad”. “Si cada uno de nosotros nos vamos transformando ética, política, socialmente… el país cambiará. Esa tesis la vemos en muchos de los movimientos de protesta actuales. La conquista del poder conduce a la impureza”.
El profesor de la Sorbona sacó otra “tesis”. Movió su argumentación a América Latina. En esa zona “cuando cayeron las dictaduras, se sustituyeron por democracias neoliberales. Privatizaron todo. La sanidad, la educación, las jubilaciones y todo lo que el estado poseía estratégicamente, como el subsuelo o las aerolíneas. La consecuencia fue el despojo de los derechos sociales. Ahora estamos viviendo el mismo proceso en Europa con el pretexto de la crisis”.
Pero en Latinoamérica “surgieron nuevas opciones políticas”. Ramonet indicó que “muchos dirigentes actuales como Rafael Correa, Evo Morales o Hugo Chávez fueron al Foro Social Mundial y sacaron una conclusión: “A partir de la potencia de la protesta social en Latinoamérica, los movimientos sociales pueden ser una respuesta al agotamiento de la política”.
“Constituyamos nuevas organizaciones sociales. Así surgieron nuevos regímenes en América Latina. Sin partidos políticos. Su idea no fue solo cambiar la sociedad cambiando a cada individuo. Fue cambiar las leyes y así surgió, por ejemplo, una nueva república en Venezuela. Desde la base se puede cambiar la sociedad”, comentó.
Ramonet dijo que “hoy es muy interesante mirar a América Latina para ver que la propia política puede transformarse para transformar la realidad”. Pero sabe que su visión es muy distinta a la del discurso mediático dominante. “Los medios hablan muy mal de estos países porque tienen miedo de que estos cambios se produzcan en Europa”.
El escritor desconfía de la imparcialidad de los medios. “Desde hace tiempo, en Europa, todos están criticando a los políticos, a la corrupción… ¿Desde cuándo los medios son tan éticos? ¿Desde cuándo son tan hostiles cuando antes estaban de rodillas ante los poderes políticos?”, se preguntó. “Los medios dicen que los políticos no valen desde que los políticos no tienen poder. Ahora no critican a los bancos porque son el verdadero poder”.
Pero Ramonet no se mostró derrotista. Al contrario. “Nuestro objetivo”, dijo, “es conseguir el poder en las urnas. ¿Se puede ir contra los mercados? Sí. Lo han hecho en Bolivia. Nosotros también podemos hacerlo con la ayuda de Portugal, Grecia e Italia. Lo más noble que hay es hacer política con ética”.
Mar Abad

El silencio de los mercados / Alejandro Inurrieta *

El mes de agosto, al menos en su primera parte, parecía que podía marcar un cambio de tendencia en la evolución de los mercados financieros españoles, especialmente el que más preocupa en la actualidad; el de deuda soberana. La prima de riesgo y la bolsa habían mejorado ostensiblemente, tras un final de junio de infarto, en el que el diferencial con la deuda alemana alcanzaba los 650 puntos básicos y se descontaba un rescate inmediato por parte de las autoridades comunitarias.
 
Este escenario se mezclaba con declaraciones contradictorias por parte del BCE, por un lado, y de los dirigentes europeos más beligerantes en contra de las ayudas a los países periféricos, lo que condujo a una elevada volatilidad, siempre dentro del marco tendencial que marcaba el inevitable rumbo de la intervención soberana, tras aprobarse la bancaria, solo pendiente de que el escurridizo y ausente presidente del Gobierno decida cuándo y cómo pide el rescate.

Desde una óptica económica y financiera, nada ha cambiado en España. Todos los indicadores macroeconómicos descuentan una fortísima recesión, que ya se extiende al año 2013, por lo que las previsiones oficiales han quedado completamente desfiguradas y fuera de contexto, ante el desplome del mercado laboral, consumo privado y público, y especialmente la inversión privada. La restricción crediticia inducida por el ciclo, pero también por la dramática situación patrimonial de una gran parte de entidades bancarias, está acrecentando la caía de la actividad, algo que demuestra la validez de esta variable como proxy del PIB. Las continuas reformas y contrarreformas del sistema financiero también están contribuyendo a que los inversores nacionales y extranjeros hayan decidido deshacer buena parte de sus posiciones y ponerse muy cortos de activos españoles. Esto se deja notar en el volumen de salidas de fondos de España, más de 160.000 millones de euros en los primeros seis meses del ejercicio, algo que sin duda pudiera afectar a la solvencia futura de muchas entidades españolas que ahora van a ser recapitalizadas, cuando llegue la ayuda, aprobada ya hace más de dos meses y que no acaba de llegar por la lentitud de las autoridades comunitarias.

Sin mejoría en la actividad económica y con un Ejecutivo cuya única actividad se centra en recortar derechos, prestaciones y renta no monetaria de los hogares, fundamentalmente de los percentiles medios y bajos, los mercados financieros han estado fluctuando en estas últimas sesiones al alza, en previsión de que pueda ser inminente el rescate y que por fin se puede acabar la incertidumbre sobre el alcance del mismo. Por eso, y por el escaso volumen de negociación, se ha relajado la tensión sobre la deuda española, también por la ausencia de subastas de deuda y sin referencias económicas.

Pero esta tendencia se ha roto en las dos o tres últimas sesiones y ha vuelto a alcanzar el umbral de los 500 puntos básicos, en parte por la reducción de la rentabilidad del bono alemán, y curiosamente en un contexto de alzas de bolsa, lo cual puede estar indicando un cambio de expectativas entre los agentes en los distintos mercados. La respuesta también puede estar en que en las próximas semanas se va a concretar el rescate español, que desde mi perspectiva, va a ser mucho más duro de lo que se está descontando entre los inversores, y sobre todo entre los ciudadanos.

Esta dureza se va a plasmar en que la troika comunitaria va a exigir a las autoridades españolas unas condiciones absolutamente draconianas, porque lo legislado hasta ahora, no ha servido para cumplir las exigencias sobre el déficit público. Estas nuevas condiciones van a ir encaminadas a una profunda revisión, y reducción de las pensiones públicas y del subsidio del desempleo, acortando plazos y cuantía, adicional a lo que ya se ha legislado por decreto. Pero en el fondo, lo que subyace de verdad es que las necesidades reales de capitalización del sistema financiero son muy superiores a lo que se ha evaluado y aprobado por parte de la UE. Estas se acercarían a los 300.000 millones de euros, por lo que las necesidades totales de España superarían los 600.000 millones de euros, cantidad que a día de hoy sería muy complicado de ofrecer por parte de la troika. Solo si el BCE pudiera monetizar la deuda, la solución sería viable y financiable, lo que nos podría retirar del mercado durante un tiempo, como se ha hecho con Portugal, Grecia o Irlanda. Esto, los mercados lo saben y lo conocen, y por ello, van a volver a tensionar los mercados de deuda, y no hay que olvidar que los próximos vencimientos de deuda, en octubre, ahora mismo no hay capacidad de acometerlos sin que medie una ayuda externa, algo que también afectará a muchas de las CCAA que tendrán que ser rescatadas en los próximos meses.

En suma, estamos ya ante las últimas bocanadas antes de ser intervenidos, aunque las consecuencias traerán mucho sufrimiento adicional a la población más desfavorecida, ante la preeminencia de una doctrina económica equivocada. Sin quitas de deuda privada, sin un cambio drástico en el balance financiero nacional e internacional, solo nos queda esperar a que terminen el trabajo iniciado en 2010 y que ha supuesto el desmantelamiento del modelo público de servicios esenciales y que nos llevará a sociedades similares a las anglosajonas, cuna de la inequidad y de la pobreza institucionalizada y olvidada.
(*) Alejandro Inurrieta es economista
http://www.cuartopoder.es/tribuna/el-silencio-de-los-mercados/3139 

Mejor ser Robin Hood que Ali Babá / Ángel Juárez Almendros *

Las ideologías nos separan pero la presencia de líderes temporales hace que estas desaparezcan y nos una el mensaje de quienes asumen este rol. Nos sucede estos días oyendo a Juan Manuel Sánchez Gordillo en los medios de comunicación, especialmente en el Gran Debate, o ante el anuncio del ex banquero Mario Conde de presentarse a las elecciones generales.  Y conste antes de continuar que tengo mis divergencias con él aunque jamás lo demonizaré como si hacen otros.

Muy mal está este país para que dos personas ideológicamente opuestas en el campo político salgan a la palestra para pedir cambios, soluciones y dignidad política para evitar el “choriceo” al que estamos sometidos por parte de ciertos estamentos económicos que solo saben enriquecerse con las inyecciones que les proporciona el estado con nuestro dinero, el mismo que después no tenemos para prestaciones, subsidios y ayudas.

Pero hablar contando verdades tiene su precio y el nuestro es un país que no permite ciertas licencias. Y aún las permite menos más cuando quienes se las toman son representantes políticos, como el caso de Sánchez Gordillo que es alcalde de Marinaleda, y tienen que someterse al intento de desprestigio de otros de la misma clase, la política, que en lugar de bajar la cabeza intentan morder sacando lo que consideran trapos sucios de quien denuncia con valentía. Sacar ahora capítulos de Cuba o Venezuela cuando el debate es otro pone en evidencia la debilidad del atacante y sus pocos y muy pobres argumentos.

Pero atacan. Lo hacen sin miedos y sin escrúpulos, puesto que todos tienen algo que esconder, para callar la voz de quien se alza como líder o, como cuentan algunos y cada vez más, se ha convertido en héroe de culto o el llamado “nuevo Robin Hood”. Esta vez han llegado tarde y no han podido “matar al mensajero”.

Los de su lado político, las izquierdas, han sido los primeros en fustigar a Sánchez Gordillo. Unos por miedo a que se le escuche demasiado y su mensaje se haga fuerte y ponga en peligro su modus vivendi que no es otro que vivir a costa de los ciudadanos. Otros por tener la obligación de denunciar la actitud de este valiente alcalde, mandados por las cúpulas del partido a cambio de mantener los puestos. Curiosamente es aquí donde la palabra “portavoz” diverge en dos significados bien distintos. Ni el PSOE ni el PP pueden extinguir las criticas que el pueblo escucha y deberían empezar a practicar ciertos silencios.

Sánchez Gordillo es ahora el portavoz de la mayoría de españoles y los portavoces políticos se han convertido en las alcahuetas que cuentan chismes que nadie quiere escuchar. Porqué quizás una de las ventajas de la desafección que los ciudadanos tienen de la política es que los niveles de credibilidad de los portavoces están ahora bajos mínimos. Y también porque los movimientos sociales, evidenciados en el 15-M, han incrementado la confianza del pueblo en otro tipos de representantes que no son los de los partidos. Se está acabando el aborregamiento de un pueblo que cada vez piensa más y con mayor fuerza.

Hace meses que denuncio, a título personal en mis artículos y a través de otros foros como la Red Internacional de Escritores por la Tierra donde comparto opinión con mis compañeros que la integran, que la propia estrategia económica de los ricos es protegerse los unos a los otros cambiando leyes y normas a su antojo para quedar impunes de sus atropellos. Lo hacen con la cara descubierta, sin esconderse y saliendo de rositas porqué todo lo hacen estando en el poder y con los otros poderes en sus manos.

Saben que el control que ejercen es máximo y que les permite callar ciertas voces. Hasta ahora lo han conseguido, con la manipulación de ciertos medios de comunicación que tienen a su disposición, evitando que las opiniones de los portavoces de los mayores movimientos sociales llegasen a las grandes masas. Pero otros, como el alcalde de Marinaleda, se les han escapado. Quizás porqué intentar callar a un alcalde no es lo mismo que hacerlo con otras personas, quizás porqué no imaginaban la reacción de Sánchez Gordillo, o porque cada vez tienen menos poder. La gente no está para cuentos pero puestos a elegir prefiere el de Robin Hood que el de Ali Babá y los cuarenta ladrones.

“Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”. La famosa frase del genial Groucho Marx gana significado en nuestro país ahora.  Porqué hay quien defiende a los indignados y consigue hacer llegar su mensaje y otros que, con la indignidad como bandera, intentan callar mensajes para que el pueblo siga sin ver los abusos, sin oír ciertas voces y sin hablar con libertad.

(*)  Ángel Juárez es presidente de la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET),  que agrupa a casi 500 intelectuales, científicos, periodistas y ecologistas de todo el Mundo

domingo, 26 de agosto de 2012

El euro no tiene problemas; las clases populares sí que los tiene / Vicenç Navarro *

Una de las frases frecuentemente repetida en los círculos económicos en Estados Unidos (y en menor medida en Europa) es “el euro va a desaparecer”. Las personas que repiten esa frase una y otra vez parecen ignorar cómo se fundó el euro, por quién y para beneficio de quién. Si supieran la historia del euro, se habrían dado cuenta de que a las fuerzas principales que hay detrás del euro les ha ido muy bien y así les sigue yendo. Mientras ellos sigan beneficiándose de la existencia del euro, el euro va a seguir existiendo.

Empecemos con la historia del Euro y la razón principal de su creación. Después de la caída del Muro de Berlín, parecía que la Alemania Oriental y la Occidental podrían reunificarse y, como era el deseo del establishment de Alemania Occidental, volver a ser, de nuevo, una Alemania unida. Esta posibilidad no era del agrado de la Europa democrática. En dos ocasiones en el siglo XX, la mayoría de los países europeos tuvieron que ir a la guerra para detener las ansias expansionistas de la Alemania Unida. Los gobiernos europeos no estaban contentos de ver a la Alemania del post-nazismo reunificada. El presidente de Francia, François Mitterrand llegó a decir irónicamente que: “Amo a Alemania tanto que prefiero ver dos Alemanias en lugar de una.”

La única alternativa para los gobiernos de la Europa democrática era asegurarse que la Alemania unida no se convirtiera en un país aislado en frente de todos los demás. Alemania tenía que integrarse a Europa. Tenía que ser europeizada. Mitterrand pensaba que una manera de hacerlo era reemplazar la moneda alemana, el marco, por una nueva moneda europea, el euro. Así es cómo se planeó integrar la Alemania unificada del post-nazismo a la Europa democrática.

El establishment alemán puso dos condiciones para aceptar la sustitución del marco alemán por el euro. Una condición fue establecer una autoridad financiera, el Banco Central Europeo, el BCE, que gestionara el euro con el único objetivo de mantener la inflación baja. El BCE debía estar bajo la fuerte influencia (es decir bajo el control) del Banco Central de Alemania, el Bundesbank. La otra condición era establecer el Pacto de Estabilidad, que impone la disciplina financiera a los Estados miembros de la Eurozona. Sus déficits públicos tendrían que mantenerse por debajo del 3% de su PIB, incluso en momentos de recesión.

Para entender por qué los otros países aceptaron estas condiciones, uno tiene que entender que el neoliberalismo (que se inició con el presidente Ronald Reagan en los Estados Unidos y con la primer ministro Margaret Thatcher en el Reino Unido) era la ideología dominante en esos países. Un objetivo importante dentro de ese dogma neoliberal era reducir el papel del Estado tanto como fuera posible, fomentar la financiación privada y restar importancia a la demanda doméstica como la manera de estimular la economía. En este punto de vista, el principal motor de la economía debía ser el crecimiento de las exportaciones. Éstas son las raíces del problema, no del euro, que está en buen estado de salud, sino del empeoramiento del bienestar de la población en esos países.

El Banco Central Europeo no es un Banco Central
¿Qué hace un Banco Central? Entre otras cosas imprimir dinero  y, con ese dinero, comprar bonos públicos del Estado, asegurándose que las tasas de interés de esos bonos son razonables y no llegan a ser excesivas. Un Banco Central protege a los Estados contra la especulación de los mercados financieros. El BCE, sin embargo, no lo hace. Las tasas de interés sobre la deuda pública de los Estados, en algunos países, se ha disparado debido a que el BCE no ha comprado deuda pública desde hace bastante tiempo. España e Italia son plenamente conscientes de ello.

Lo que hace el BCE, sin embargo, es prestar un montón de dinero a los bancos privados a una tasa de interés muy baja (inferior al 1%) y con este dinero compran bonos públicos emitidos a un interés muy alto (6% a 7% en Italia y España). ¡Se trata de una oferta fantástica para estos bancos! Desde el pasado mes de diciembre, el BCE ha prestado más de 1 billón de euros  a los bancos privados, la mitad (500.000 millones de euros) a los bancos españoles e italianos. Esta transferencia de fondos públicos (el BCE es una institución pública) para el sector financiero privado se justifica argumentando que esta ayuda era necesaria para salvar a los bancos y, por tanto, asegurar el crédito que se ofrece a la pequeña y mediana empresa y a las familias. Este crédito, sin embargo, no ha aparecido y tanto los individuos como las medianas y pequeñas empresas siguen teniendo dificultades para obtenerlo.

En ocasiones, el BCE compra bonos públicos en los mercados secundarios de los Estados que están en problemas, pero los compra de manera casi clandestina, en dosis muy pequeñas y por períodos muy cortos de tiempo. Los mercados financieros son conscientes de esta situación. Esta es la razón por la que los intereses de los bonos públicos bajan, cuando el BCE los compra, pero luego vuelven a subir, siendo así muy difícil para los Estados poder mantener bajos los intereses de su deuda pública. El BCE debería anunciar abiertamente que no permitirá que el interés de los bonos públicos sobrepase un cierto nivel, lo que haría imposible para los mercados financieros poder especular con ellos. Pero el BCE no lo hace, dejando a los Estados sin protección frente a los mercados financieros.

En esta situación, el argumento de que España e Italia deben reducir su déficit público para recuperar la confianza de los mercados financieros no es creíble. España ha estado reduciendo su déficit público, mientras que los intereses de su deuda pública ha ido en aumento, lo que demuestra que es el BCE, no los mercados financieros, quien determina el valor de la tasa de los intereses de la deuda.

¿Quién controla el sistema financiero europeo?
En teoría, se suponía que el BCE era el gerente del euro. Pero quien realmente controla el Euro y el sistema financiero europeo es el Bundesbank, el Banco Central alemán. Se diseñó de esa manera, como he señalado anteriormente. Pero ha habido otro hecho que ha incrementado el control del sistema financiero europeo por el Bundesbank y los bancos alemanes: el conjunto de decisiones tomadas por el gobierno alemán, en concreto por el gobierno de Schroeder socialdemócrata (Agenda 2010), y continuada por los gobiernos conservadores de Merkel, que hicieron hincapié en el sector exportador como el principal motor de economía. 

Oskar Lafontaine, el exministro de Finanzas de Schroeder, quería situar la demanda doméstica como el principal motor de la recuperación económica alemana. Para ello propuso aumentar los salarios y el gasto público. Él perdió y dejó el partido socialdemócrata, formando un nuevo partido, Die Linke  (La Izquierda), y ganó Schroeder (que ahora trabaja para una industria orientada a la exportación). Como consecuencia de que la actividad económica centró el énfasis en las exportaciones (la mayoría a la zona del euro), los bancos alemanes acumularon una enorme cantidad de euros. 

En lugar de utilizar estos euros para aumentar los salarios de los trabajadores alemanes (lo que habría estimulado no sólo la economía alemana, sino la economía europea en su conjunto), los bancos alemanes optaron por exportar euros, invirtiéndolos en la periferia de la zona euro. Esa inversión fue la causa de la burbuja inmobiliaria en España. Sin el dinero alemán, los bancos españoles no podrían haber financiado esta burbuja, basada en una especulación enorme.

¿Cuándo aparece la crisis en España?
Cuando los bancos alemanes dejaron de prestar dinero a España como resultado de su pánico (al enterarse de que ellos mismos estaban contaminados con productos tóxicos procedentes de los bancos de Estados Unidos), la burbuja inmobiliaria se derrumbó, creando un agujero en la economía española equivale al 10% de su Producto Interior Bruto (PIB), todo ello en tan solo unos meses. Se trataba de un tsunami económico, un desastre auténtico. Inmediatamente, se pasó de un superávit a un déficit público enorme, como consecuencia de la caída de los ingresos a los Estados. 

Tal déficit no fue un resultado del crecimiento del gasto público (España tiene una de las tasas más bajas de gasto público per cápita entre la UE-15), sino del dramático descenso de los ingresos debido al colapso económico. El énfasis de la “troika” (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) en que España necesita reducir su gasto público está profundamente equivocado, pues el déficit público no ha sido causado por un crecimiento de los gastos (como han sugerido los comentarios frívolos de la Canciller Merkel sobre la “extravagancia del sector público español”). Esos recortes están dando lugar a otra recesión.

¿Cuál es la finalidad de la ayuda financiera?
La retórica oficial afirma que las autoridades financieras de la zona euro han puesto a disposición de España 100.000 millones de euros para ayudar a sus bancos. La realidad, sin embargo, es muy diferente. Los bancos españoles y el Estado español están profundamente en deuda. Le deben mucho dinero a los bancos extranjeros, incluidos los bancos alemanes, que han prestado casi 200.000 millones de euros a España. Estos bancos están gritando al cielo para recuperar su dinero. Es por eso que los 100.000 millones de euros han sido aprobados por el Parlamento alemán. 

Peter Bofinger, asesor económico del gobierno alemán, lo expresó muy claramente: “Esta ayuda no es a estos países en problemas (como España), sino a nuestros propios bancos que poseen una gran cantidad de deuda privada en esos países.” (Pratap Chatterjee “Bailing out Germany: The Story Behind the European Financial Costs” [28/05/42]). No se podría haber dicho mejor.
Si las autoridades europeas hubieran querido ayudar a España deberían haber prestado ese dinero a un interés muy bajo a las agencias de crédito públicas españolas (como el ICO, Instituto de Crédito Oficial), a fin de resolver el enorme problema de la falta de crédito en España. Esta alternativa, por supuesto, nunca fue tenida en cuenta.

¿Dónde está el supuesto problema con el euro?
El hecho de que España tiene un enorme problema de falta de liquidez no significa que el euro esté en problemas. Muchos gobiernos regionales no pueden pagar sus servicios públicos debido a la falta de dinero. Es un hecho que las enormes diferencias en la disponibilidad de crédito dentro de la zona del euro están beneficiando a los bancos alemanes. Hoy en día, hay un flujo de capital desde España a Alemania, enriqueciendo a los bancos alemanes y determinando que los bonos públicos alemanes sean muy seguros. El hecho de que hay una crisis enorme, con grandes tasas de desempleo en los países periféricos no significa, sin embargo, que el euro esté en crisis. Estaría en crisis sólo si estos países periféricos, entre ellos España, abandonaran el euro. Eso significaría el colapso de los bancos alemanes y del sistema financiero europeo. 

Pero esto no va a suceder. Las medidas que se están adoptando en España y otros países de la periferia (con el apoyo de la Troika) por sus gobiernos son las medidas que las fuerzas conservadoras que tales gobiernos representan siempre han soñado: recortar los salarios, eliminar la protección social, desmantelar el Estado del Bienestar, y así sucesivamente. Tales gobiernos dicen que lo están haciendo debido a las instrucciones que reciben de Bruselas, de Frankfurt y/o de Berlín. Ellos están transfiriendo la responsabilidad a los agentes extranjeros, que supuestamente les están obligando a hacerlo. Es la exteriorización de la culpa. Su lema principal es: “No hay alternativa”.

Cuando el Sr. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, pide al Sr. Mariano Rajoy, el presidente del gobierno español (el gobierno más conservador en la Unión Europea, próximo a la ideología del grupo ultraneoliberal conocido como  el Tea Party de los Estados Unidos), él le dice que con el fin de ayudarlo, tendrá que hacer reformas en el mercado de trabajo (es decir, facilitar a los empleadores a despedir a los trabajadores). Rajoy está muy abierto a tal instrucción. 

En una reciente conferencia de prensa (9 de agosto de 2012), el Sr. Draghi fue muy claro. El BCE no va a comprar bonos públicos españoles a menos que el gobierno español tome medidas difíciles, impopulares como la reforma del mercado laboral, la reducción de las prestaciones de jubilación, y la privatización del Estado del Bienestar. El gobierno de Rajoy estará encantado de seguir estas instrucciones. Ya ha hecho muchos recortes y tiene proyectados 120.000 millones de euros más en recortes dentro de los próximos dos años. 

El euro y su sistema de gobierno están trabajando muy bien para aquellos que tienen la voz principal dentro de la Eurozona hoy en día. El BCE está instruyendo a los gobiernos de la zona monetaria a desmantelar la Europa social y lo están haciendo. Es lo que mi buen amigo Jeff Faux, fundador del Economic Policy Institute en Washington, solía llamar “las alianzas de las clases dominantes a nivel internacional”, es decir, la alianza entre las clases dominantes de todo el mundo. Esa alianza está claramente operando en la zona del euro en la actualidad. Es por ello que el euro va a existir  por mucho, mucho tiempo.

(*) Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). Es también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 35 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España.

domingo, 19 de agosto de 2012

Ignacio Ramonet: "Las sociedades no son masoquistas y van a reaccionar"


CASTELLÓN.- Hace 15 años que Ignacio Ramonet (Pontevedra, 1943) advirtió en su artículo Desarmar a los mercados de la necesidad de establecer medidas de control financiero para que no acabaran imponiendo su ley. Hoy, el director de Le Monde Diplomatique insiste en 'El País' que la crisis es consecuencia de la inacción de la política y cita “escándalos” como el de Bankia. El periodista y pensador, que participa estos días en el festival Rototom de Benicàssim, critica las políticas de recortes y se pregunta hasta cuándo van a aguantar los ciudadanos.

Pregunta. Predijo hace años las consecuencias de no poner límites a los mercados. ¿Es la realidad peor de lo que imaginó?
Respuesta. Efectivamente, está siendo peor. Cuando avisábamos de que la lógica en la que entrábamos podía conducir a un desastre social es que nos parecía que había que reaccionar para corregir a los mercados, no suprimirlos. Si ayudan a dinamizar la economía, bien, pero si quiere tomar el poder e imponerse no se puede tolerar.
¿Qué diferencia hay entre la política de recortes de Rodríguez Zapatero y la de Rajoy? Ese es el efecto de los mercados, la crisis es la consecuencia de su irracionalidad y no ha habido ninguna decisión política para ponerle freno.
P. Y ahora se aprueban recortes y se apela al sacrificio de los ciudadanos. ¿Es un sacrificio necesario?
R. Pienso que no, es lo que llamó el sadismo económico que se está imponiendo. Tenemos a dirigentes que consideran que la única solución a este ataque de los mercados consiste en sacrificar a la población como si el tormento infringido a las sociedades pudiera calmar a los mercados.
Además, los gobernantes quisieran que las sociedades soportaran estos terribles castigos sin protestas. Es como si quisieran someternos a la droga de la sumisión química. Las sociedades no son masoquistas y van a reaccionar, ya lo están haciendo.
P. ¿Se puede mantener durante mucho tiempo la política de austeridad?
R. Donde se está aplicando no está dando resultado. Me pregunto hasta cuándo se puede mantener y hasta cuándo las sociedades lo van a soportar. La sociedad española aún cree que esto es un accidente y que las cosas van a volver a su sitio.
Cuando tome conciencia de que no es así y de que estas medidas no son de crisis sino que son estructurales y que vienen para quedarse, creo que la protesta alcanzará un nivel importante y, qué pasará entonces. Temo que vayamos hacia las democracias autoritarias en las que para defender este modelo económico se doten de leyes que permitan una represión fácil.
P. ¿Qué futuro le espera a España?
R. En la medida en que no tenga personalidad jurídica suficiente para al menos discutir las consignas que se le impongan desde Europa, lo único que está haciendo es obedecer ciegamente las consignas europeas. Con ello está liquidando la soberanía nacional. Podría haber dicho, como Francia, que no aceptaba el pacto fiscal si no hay un proyecto de crecimiento. ¿Por qué no se hace? ¿Es España una especie de protectorado alemán?
P. ¿Y es viable otro camino?
R. Un gobierno con voluntad de resistir a estas políticas se apoyaría en una dinámica popular para plantear que no se pueden aplicar. Pero España tiene dos presiones, la de los mercados y la de la UE, que no van forzosamente en la misma dirección porque los mercados saben que estas políticas que la Unión Europea impone a España le impedirán crecer. Y si no crece no tiene recursos para pagar a los inversores que han comprado deuda. Por eso vuelven a castigar. España, junto a otros países, tendría que insistir en que Europa necesita también una política de crecimiento, que el BCE debe comprar deuda y una política más activa en defensa de sus intereses.
P. ¿Qué parte de responsabilidad tienen las comunidades autónomas que, como la valenciana, se embarcaron en proyectos millonarios?
R. Dentro de esta locura de la especulación también hay una responsabilidad de aquellos que creyeron que este momento iba a ser eterno y que lo que un buen administrador tenía que hacer era endeudarse. Y ahí sí que hubo delirios y los que más creyeron en este sistema y en que la especulación era eterna son los que construyeron los elefantes blancos como el aeropuerto de Castellón. Hubo un gasto muy importante y hay una responsabilidad de aquellos que se endeudaron de esa manera porque ahora lo pagan los ciudadanos.
P. Se habla ya de una generación perdida, ¿pero qué le espera a la siguiente?
R. Está en juego algo fundamental: la igualdad. Se está privatizando de forma silenciosa la educación y se va a crear una educación pública de bajo nivel en el que las condiciones de trabajo estructuralmente van a ser difíciles y no va a permitir la emergencia de personas de origen humilde. Pero para las personas acomodadas está la enseñanza privada que seguramente va a tener un auge aún mayor. Vamos de nuevo a crear unas categorías sociales que van a tener acceso a los puestos de mando del país y una secundaria que va a tener acceso a los puestos de obediencia. Es gravísimo.

Ocho cosas que no hay que olvidar / Eduardo Punset *

Lo peor que le puede ocurrir a los españoles en este mes de agosto es creerse que les viene un mal año encima. Es paradójico que el conocimiento más sencillo indique a las claras que «se acabó lo que se daba» y que no hay más remedio que volver a empezar, esta vez en serio; y que podemos hacerlo perfectamente si no nos empeñamos en decir que la culpa es de los alemanes. Tal vez por ello valga la pena recordar las ocho cosas que no debiéramos haber olvidado nunca.
  • Primera. Aunque pocos se acuerden, hubo una cosa llamada «el milagro español», que, obviamente, muchos creían que se había instalado para siempre. Ni aquello podía durar toda la vida, como creían muchos políticos y un gran número de ciudadanos, ni la crisis de ahora va a durar eternamente. El milagro español empezó a mediados de los años 60 con los primeros turistas; el famoso boom inmobiliario lo mantuvo hasta 2007.
  • Segunda. La demanda de pisos fue la mayor registrada por ningún país industrializado, de tal manera que el sector público y, sobre todo, el sector privado no pararon de aceptar préstamos del extranjero hasta situarse en el segundo puesto de países más endeudados del mundo. Solo nos ganaba en deuda con el extranjero Estados Unidos, con la gran diferencia de que el dólar seguía siendo una moneda que cualquiera quería aceptar como reserva y que el endeudamiento en porcentaje del producto no representaba ni de lejos el estrafalario porcentaje de España.
  • Tercera. Poco a poco fuimos aceptando que con el euro habíamos empezado la casa por el tejado, constituyendo la unión monetaria antes de la unión económica; de manera que cada uno podía ir a su bola y anular el invento si no se imponían medidas de precaución.
  • Cuarta. Habrá habido quien haya recordado el pasado nazi de los alemanes y su responsabilidad en las dos guerras mundiales, olvidándose de que España estuvo al lado de los supuestamente culpables y por mucho más tiempo.
  • Quinta. El Gobierno alemán, gracias a su influencia en Bruselas y en el Banco Central Europeo, ha sabido recordar a los políticos españoles que había llegado el momento de la verdad. Que era imposible volver a empezar a pedir prestado sin apenas condiciones y sin iniciar en serio las reformas necesarias para salir del atolladero.
  • Sexta. Que la negociación con la Unión Europea no es una negociación similar a la que tiene un estado autonómico con su Gobierno central. Ni el Gobierno de Cataluña ni el Gobierno andaluz pueden comportarse como niños malcriados alegando que, pase lo que pase, ellos tienen sus propias prioridades que pasan por encima de todo el resto. La Unión Europea es la suma de varios Estados que en su conjunto tienen un peso específico y un proyecto de futuro bastante más serio que el nuestro.
  • Séptima. El Fondo Monetario Internacional ha comprobado el sistema elemental para medir la situación económica y financiera de un país. Mi experiencia de economista del Fondo Monetario Internacional –en la que cada dos meses estaba de analista de lo que le pasaba a un país del universo– es que muy a menudo los economistas y políticos instalados en el país observado no sabían o no querían aprender lo que les pasaba. Y sin embargo, bastaba con conciliar las cuatro tablas de la balanza de pagos, del sistema bancario, del acumulado fiscal y de la evolución del producto para saberlo.
  • Octava. Si en lugar de insultarse, este país decidiera sacar pecho no para arremeter contra los demás, sino para poner en marcha procesos tan serios como los que fue capaz de llevar a cabo en el pasado –salir de la dictadura a la democracia e iniciar el proceso de apertura al exterior–, los españoles podrían pasar un buen año.

viernes, 17 de agosto de 2012

José Luis Sanchis: "Goldman Sachs es el poder mundial en la sombra"


MADRID.- José Luis Sanchis tiene una de las agencias de comunicación más influyentes en el mundo de habla hispana: Sanchis & Asociados. Asesora a políticos sobre cómo mejorar su imagen y captar votos. Ha escrito varios libros sobre Marketing político. En esta entrevista habla del futuro, de geopolítica, de Latinoamérica ¡y de fútbol!

Hace seis años, José Luis Sanchis estaba en Estados Unidos invitado por la Universidad George Washington. Leyó un libro de Samuel Huntington titulado “¿Quiénes somos?”, donde se hablaba de los factores que unían a los norteamericanos.
Sanchis cogió un papel y se preguntó qué unía a los españoles: ¿raza blanca, territorio, historia, rey, lengua, religión, mercado, literatura, instituciones, medios, fútbol, flamenco, toros, valores familiares, militares, virgen, PP+PSOE, inmigrantes…? Puesss...
“En casi todos ellos había una brecha”, afirma Sanchis mostrándome aquel papel ya amarillo del 9 de septiembre de 2006. “Solo había algo que unía a la mayoría de los españoles sin discusión”. Sonríe: “¡El fútbol!”.
Y pone el ejemplo de los triunfos de la selección de fútbol que han entusiasmado al país como pocas veces en la historia. “En La Roja están los puntos de unión”, y añade. “En el fútbol y en la familia”.
Sanchis ha sido asesor de decenas de políticos, desde Adolfo Suárez hasta Hugo Chávez. Licenciado en Derecho y Ciencias Empresariales por Deusto, ahora está obsesionado con las placas tectónicas. ¿Placas tectónicas? Se refiere a los movimientos históricos que se desplazan por debajo de los países, de la geografía, del comercio. Una de esas placas es Europa.
España, FranciaItalia como jugadores independientes no pintarán nada dentro de 20 años”, afirma en su despacho de Madrid, al lado del Congreso. Lo importante, destaca, "es Europa". Y explica lo de las placas. “Francia se agarró a la placa alemana porque Gran Bretaña se agarró a la placa de EEUU”.  Por eso, a España le conviene agarrarse a la placa de Europa. “No somos España; somos Europa: no hay que salir del euro porque será la muerte de Europa”, insiste.

Hacia dónde va el mundo.
Sanchis ha creado un indicador. Consiste en dividir el peso de la riqueza de cada país en el globo, por el peso de sus habitantes en el planeta. ¿Y? Tranquilos, "Occidente prevalecerá… pero la riqueza mundial se está desplazando hacia la zona chino-india".
Este informe nació de una presentación que hizo en 2006 como profesor visitante en la universidad George Washington. Desde las primeras civilizaciones mesopotámicas, la riqueza ha ido desplazándose hacia Occidente, por Grecia, Europa, Estados Unidos, y de ahí saltará el Pacífico hacia China e India, haciendo el ciclo completo.
¿La fuente de todo este análisis mundial? “Un documento de Goldman Sachs”. Sanchis lo muestra. Fue realizado en 2004 por Dominique Wilson. Se  titulaba” Dreaming with BRICS (soñando con los brics)”. Era el acrónimo de Brasil, India, China y Rusia. "Era una visión tan acertada que otorgó a Goldman Sachs la imagen de una firma que sabía cómo gobernar ese mundo".
¿Es Goldman Sachs el poder en la sombra del mundo?
“No lo dude. Tiene el dinero, el control y está con Bilderberg. Goldman es el líder espiritual operativo del capitalismo; el intelectual es Bilderberg.
¿Qué hace el Club Bilderberg?
Bilderberg es un think tank impresionante que estudia hacia dónde va el mundo.
¿Qué papel va a tener Goldman Sachs en ese mundo que usted dibuja de aquí a 20 años?
Acuérdese que hubo una época en que se dijo que los estados iban a ser sustituidos por las multinacionales. Goldman Sachs es la cabeza de esa fuerza emergente que va triunfar. Los mercados siguen al líder, y el líder es Goldman Sachs. Los escándalos como el último de Barclays son una chuminada comparado con Goldman Sachs.
¿Cómo influye Goldman en los demás?
A través del conocimiento, del poder del dinero. Lo que Goldman Sachs hace va a misa.
Entonces, ¿nosotros como país no tenemos poder?
Si no tienes soberanía económica, no tienes libertad para decidir. Te imponen las cosas. La realidad te lleva a que estás sujeto a la fuerza de los mercados. ¿Por qué España paga el 7% de interés por sus bonos y no el 4%
¿Qué actitud tienen los norteamericanos respecto al euro?
Lo desprecian. El euro nació valiendo más que el dólar, pero los americanos hicieron que cayera. Tiene la ventaja es que la Reserva Federal tiene un objetivo: defender el empleo, los precios y lo que sea de EEUU. Y perjudica los intereses de los que no están alineados con ellos. De ahí viene la pelea de si Gran Bretaña forma parte de Europa o no. Desde un punto de vista económico, es parte de EEUU.
¿Y por qué nosotros no tenemos buena relación con Latinoamérica como EEUU con Gran Bretaña?
Desde el desastre de Cuba, EEUU se dedicó a tener el patio trasero en América Latina. A ser la superpotencia. Y más recientemente, hubo una oleada de presidentes latinoamericanos que ensalzaron un movimiento indígena antiespañol: Chávez, Morales, etc.
¿Como ve a España en los próximos años?
Los motores de la Marca España en el mundo tienen que ser la empresa y la gente. Pero ahora para nuestra desgracia la inmigración está actuando en sentido contrario.
¿Y el fútbol?
Sí, la selección española y el Barça. No el Real Madrid. En muchas manifestaciones árabes te encontrabas camisetas del Barça. Hay compañías de taxi en Quito que se llama Barcelona CF.
¿Cuando saldremos de la crisis?
Le juro que no lo sé.

martes, 14 de agosto de 2012

Los enemigos de España dentro de la Unión Europea / Eva Pastrana *

El proyecto europeo atraviesa aguas turbulentas y puede que no todo el mundo este dispuesto a lanzarnos un salvavidas si nos hundimos. Aunque los principales dirigentes de la Unión Europea apuestan por proteger a todos y cada uno de los 27 a toda costa, existen voces discordantes en el barco. En este contexto de incertidumbre, es importante saber qué piezas del ajedrez europeo juegan en contra de España.
 

Jutta Urpilainen y Finlandia

Finlandia no es un socio cualquiera del club europeo. Es uno de los pocos países que aun conservan la triple AAA y junto con Holanda y Alemania uno de los representantes de la línea más dura de austeridad.

La ministra finlandesa de Finanzas, Jutta Urpilainen dejó claras las intenciones de su país hace poco. «Finlandia prefiere prepararse para abandonar la moneda única antes que pagar las deudas de los demás miembros del Euro», sentenció la ministra.

Urpilainen reiteró que Helsinki no participará en el programa de ayudas al sistema bancario español si Madrid no presenta avales para los primeros tramos del paquete financiero, porque previsiblemente saldrían del temporal Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). «Finlandia no se colgará al euro a cualquier coste y estamos preparados para todos los escenarios», advirtió Urpilainen.

En ese sentido, hace solo dos días el primer ministro del país, Jyrki Katainen, propuso a los países atenazados por la crisis como España e Italia que emitan bonos de prenda con garantías de propiedades y participaciones del Estado.

Todo eso se suma al espectacular ascenso de la ultraderecha nacionalista en Finlandia en las últimas elecciones, que de haber entrado en un Gobierno de coalición podrían haber bloqueado los fondos de rescate, haciendo temblar la estabilidad europea.

Jens Weidmann y el Bundesbank

Mario Draghi anunciaba hace unas pocas semanas que la institución que preside hará «todo lo posible por salvar al Euro». Parecía que por fin el presidente del BCE se había decidido a comprar deuda de los países del sur como España e Italia para aliviar las elevadas primas de riesgo. Pero una vez llegado el día del Consejo Europeo Draghi «se achantó», postergando la decisión una vez más. ¿Por qué ese paso a atrás del presidente del BCE?
 
«Los políticos sobrevaloran el poder del BCE», afirmó Jens Weidmann este fin de semana. El presidente del Bundesbank y ex mano derecha de Angela Merkel, puede ser la clave del enigma. El Bundesbank alemán, ha reiterado este viernes su resistencia a que el Banco Central Europeo (BCE) reactive su programa de compra de deuda para frenar el aumento de la prima de riesgo de España e Italia por considerar que ello envía «incentivos equivocados».

Weidmann quiso dejar claro que no es Draghi, si no el Bundesbank quien tiene la sartén por el mango en esta cuestión. «Yo no diría que solo somos uno de los 17 bancos centrales», advirtió. «Somos el mayor y más importante banco central del Eurosistema y tenemos más influencia que muchos otros bancos centrales del Eurosistema. Esto significa que tenemos un rol distinto. Somos el banco central más activo en el debate público sobre el futuro de la unión monetaria».

Eso quiere decir que según Weidmann el Bundesbank tiene la fuerza suficiente para que se respete su voluntad, que en este caso es «que España pida el rescate», en lugar de solicitar únicamente ayuda financiera para su sistema bancario.
 

Holanda y Mark Rutte

«Italia y España son campeones de fútbol, pero es hora de cortar un poco a estos campeones, porque cuando se trata de nosotros, no existe una manera por la cual se puedan beneficiar de nuestra economía». Este es el mensaje que el partido del primer ministro holandés, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), lanzaba hace un mes en su cuenta de Facebook. «Ellos tendrán la Copa, pero no nuestra solvencia», resumía.
 
Mark Rutte, se sumaba, a su manera, a la campaña que en su día hizo el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, en la que ponía a España de mal ejemplo.
El mensaje euroescéptico de Rutte se puede volver especialmente peligroso de cara a las elecciones que se celebrarán el próximo 12 de septiembre en Holanda. El líder político ha declarado en varias ocasiones que su país vetaría la compra de deuda por parte del fondo europeo de rescate en el caso de que España lo solicitara.

El ministro Philipp Roesler

Mientras su colega de partido como Guido Westerwelle, ministro de Exteriores germano, descartaba que España vaya a necesitar ayuda financiera de los fondos de rescate» y aseguraba ser «muy optimista respecto a la economía española» alabando las políticas del Gobierno de Mariano Rajoy, Roesler, ministro de economía, advertía al BCE que «no se inmiscuya» respecto a la compra de deuda española.
 
«Preservar la estabilidad de precios debe ser el rol principal del BCE y no financiar deudas estatales. Comprar bonos soberanos no puede ser una solución permanente. Sólo podremos establecer una renovada confianza en la zona euro si se mantiene estrictamente la disciplina fiscal y se aplican reformas estructurales», aseveró respecto a una eventual compra de deuda española e italiana.

Philipp Roesler, el verso libre del Gobierno alemán ya protagonizó la semana pasada una agria polémica cuando «defendió la salida de Grecia del euro como opción viable», lo que desató críticas de otros miembros del Gobierno y de su propio partido. En una entrevista reciente Roesler ha rechazado estas críticas. «En mi ministerio hemos podido ver que el Gobierno griego no ha podido poner muchas cosas en práctica», precisó Roesler.

La indecisión sale cara

La Unión Europea peca de indecisa y eso le cuesta dinero a España. Según declaró el ministro de Economía, Luis de Guindos en una entrevista concedida a ABC, las dudas sobre el futuro del euro le cuestan a nuestro país 200 puntos de prima de riesgo, es decir, 12.000 millones de euros en intereses de la deuda que deberemos pagar en los próximos dos años. Mientras tanto, según analista jefe de Bremer Landesbank, Folker Hellmeyer, Alemania se ha ahorrado hasta 60.000 millones de euros en financiación. Parece que navegar por aguas turbulentas beneficia más a unos que a otros.

(*) Periodista de Abc, Madrid