Otra vez vuelve a hablarse de la 'W'. Ya saben lo que pienso: se
estaba cayendo porque el modelo se agotó; entonces se vio que aún podía
hacerse el último negocio a la vez que se daba esperanzas a la clase que
está desapareciendo: la media, y se inventaron los planes E; pero un
año y medio despues la bola de esos planes ya era ingobernable, y se les
puso fin y se sacó del cajón la motosierra; y nos pusimos a trampear
hasta que ya na-de-na.
Pienso que no es una 'W' sino una 'L' en la que ha habido una pequeña
inflamación. Alemania está estirando lo que ya no da más de sí, otros
ya ni eso. Y por aquí diciendo que la solución está en las exportaciones
a pesar de que todo el mundo está peor y el endeudamiento agotado. Como
no vendamos a Marte ...
Ahora alguien (además del Profesor Krugman) volverá a hablar de
reactivación, de la necesidad de reactivar: para que aumente el consumo,
y las empresas contraten factor trabajo, y la recaudación crezca y los
Estados puedan atender sus necesidades que son las de sus ciudadanías. Y
hasta tal vez haya alguien que resucite a 'los brotes verdes'.
Vamos a ver, no se puede reanimar algo que ya está muerto, y en el caso
del PIB es imposible fabricar cosas que nadie puede comprar porque no
tiene con qué pagarlas. El crecimiento de los años que median entre 1992
y el 2006, y sobre todo en el período 02 - 06 se consiguió porque no se
miraron los recursos que se gastaban y porque nadie se preocupó en
averiguar si quienes consumían iban a poder pagar lo que se les estaba
suministrando. Cuando la capacidad de endeudamiento de Estados,
empresas, familias, regiones y ayuntamientos llegó a su límite físico,
se acabó. Y en estas estamos.
Quienes aún tiran, lo hacen porque se les sigue sosteniendo (USA),
porque aún tienen pedidos de fuera (Alemania), porque no han agotado aún
la capacidad de endeudamiento que se les concedió (Brasil), porque su
diversificación les permite seguir con un zapato y una alpargata
(Francia). Expectativas tienen cuatro: los países que deben poco, no
dependen financieramente del exterior y tienen pasta (países árabes con
petróleo, gas y fondos soberanos), Escandinavos, Japón, e Inglaterra por
su capacidad de inventar filosofías y descubrir caminos, y poco más.
No es una 'W', es la continuación de la caída que se manifestó en el
2007 y a la que se quiso poner remedio haciendo cheques de una cuenta en
la que ya no quedaba saldo y creyendo que aún era posible el café para
todos. Y no.
El ajuste fino pone de manifiesto lo que siempre se ha sabido: que
habían varias Europas, al menos dos, y que eso va a seguir yendo a más
hasta que se el paso a la Europa de los clusters: una nueva estructura
para un nuevo modelo.
Pero para eso aún falta y mientras hay que seguir manteniendo la
ficción que con ajustes y recortes se va a poder pagar lo que se debe.
(¿Quien se extraña de que en España no descienda el déficit a pesar de
recortar y recortar lo ya recortado y a pesar de que se siga
recortando?. España decrece, por lo que cada vez genera menos).
Y continúa sin hablarse de la deuda. (Será que aún no toca).
(*) Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.