lunes, 29 de octubre de 2012

Eduardo Galeano: “Necesitamos a los indignados; estamos hartos de los indignos”

MÉXICO.- “El objetivo de los amos del mundo es lograr un mundo obediente: hay que ver lo que es la humillación de Europa, porque antes parecía que la humillación era un triste privilegio nuestro. Imponen desde Alemania y lo que Hitler no pudo hacer con la violencia lo están haciendo democráticamente esta señora Angela Merkel y los suyos. Dan las órdenes: ustedes tienen que hacer esto y esto y esto en una contradicción que no tiene salida porque están obligando a los países, a todos, a apretarse el cinturón y bajarse los pantalones al mismo tiempo", dice el escritor Eduardo Galeano en el diario 'La Jornada'.

“No se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo: o te bajas los pantalones o te aprietas el cinturón. Eso es lo que condena al fracaso de estas políticas, no sólo porque afortunadamente en el mundo hay todavía más indignados que indignos, o puede haberlos en todo caso. Necesitamos a los indignados, estamos hartos de los indignos, porque el proyecto neoliberal es irrealizable, es imposible.
“Está condenado al fracaso, pero como beneficia a esa minoría dominante; y ésta funda su poder en el poder militar que es el que devora la mitad de los recursos del mundo. La Jornada publicó hace poco que Obama y Romney están de acuerdo en una cosa: en seguir siendo la policía del mundo. Hay que ver cómo ese país se militarizó y militarizó al planeta; por suerte son cada vez más los jóvenes que no se tragan la píldora, no se la creen y empiezan a abrir otras vertientes como Occupy Wall Street.
Todos esos movimientos son lecciones de dignidad humana contra el miedo, pero el miedo es la base del gasto militar. La mitad del presupuesto de Estados Unidos está destinado a gastos militares, que es el nombre artístico de los gastos criminales, y mientras eso siga así las guerras seguirán siendo necesarias porque hay que justificar semejante barbaridad.
Y de los jóvenes, sus más fieles lectores, aseveró: “La verdad es que me produce una alegría enorme comprobar que lo que uno escribe, lo que uno hace, llega sobre todo a la gente joven.
Lo mejor que le puede pasar a uno en la vida es ese contacto con los que vienen, no con los que están o los que estaban de antes, sino con los nuevos, y la verdad es que me va muy bien en eso. No me puedo quejar porque tengo muy buena comunicación con los jóvenes de diferentes países, culturas e idiomas, de todas las edades, pero sobre todo los jóvenes y eso es lo más estimulante para mí. Mi mujer Elena dice que de aquí a poco van a empezar a llegar en carritos de bebés. Veremos qué se hace.
–Vemos todos esos movimientos en el mundo protagonizados por los jóvenes...
–Y esos jóvenes piden, exigen con toda razón, que se les hable en un lenguaje nuevo, donde las preguntas se confundan con las respuestas, y donde ellos huelen a dogma, a estos cuadradismos que la izquierda a veces padece, huyen con toda razón.
“La verdad es que quizá la mejor noticia que el mundo nos ha dado en los años recientes, de lejos la mejor noticia, es la aparición del movimiento de los indignados que es básicamente juvenil –aunque hay indignados de todas las edades, por suerte–, pero es sobre todo de jóvenes y ocurre justo cuando parecía casi unánime la certeza de que a ellos no les importaba nada la política, que cada quien se miraba su ombligo en éxtasis y no les interesaba nada lo que ocurriera con los demás. Demostraron que eso era falso, en México y en todas partes.”

Sala i Martin, catedrático: "España no tiene nada que vender al mundo aparte de jamón"


NUEVA YORK.- El catedrático de la Universidad de Columbia y asesor del World Economic Forum, Sala i Martin, cree que el principal problema que tiene España es su falta de competitividad y el descrédito internacional de sus instituciones.

En una entrevista publicada en el digital Pulso, Sala i Martin, indica que "España no tiene nada que vender en el mundo aparte del jamón. No es un país que pueda exportar masivamente, tiene un problema de deuda pública. Recortar gastos y subir impuestos no es la solución, porque el año que viene no cumplirán los objetivos".
Por si fuera poco, el entorno mundial tampoco ayuda a una recuperación hispana, con la desaceleración china y mundial y una demanda a la baja.
Para Sala i Martin, también la marca España está en horas bajas por sucesivos escándalos que han afectado a dirigentes de distintas instituciones e, incluso, por algunos 'patinazos' de la Casa Real. "España tiene una decadencia institucional que todo el mundo ve".
Por si fuera poco, argumenta que el país está solo y que no puede contar con el respaldo de Europa, cosa que se habría visto con la crisis de la expropiación argentina de Repsol, que ni tan sólo provocó un boicot europeo como respuesta. Además, dice que: "España se encuentra con lo negativo de formar parte de Europa, con la restricción de no poder devaluar la moneda y con no ser un país independiente. Pero no se encuentra con los beneficios de formar parte de una unión que permite un solo fondo de garantía de depósitos para los bancos, un solo fondo de rescate, una sola política financiera".
Para no haber llegado a la actual situación en la que se encuentra España, el catedrático de Columbia dice que, de habérsele preguntado, habría dejado caer en su día a dos o tres bancos "cuando eran pequeños", antes de las fusiones, entre ellos Caja Madrid, "puesto que un fondo de rescate europeo que no hubiese sido demasiado grande en ese momento y un fondo supervisor que le quite la supervisión al Banco de España, ya que no tiene credibilidad al hacer esos test de stress que todo el mundo aprueba. Todo eso lo pasas al BCE. Y a partir de ahí disciplina europea, con rescate europeo, fondo europeo, fondo de garantías europeo y ya está".
Por último, sobre los males que afectan a Europa, Sala i Martin indica que "uno de los problemas que tenemos los europeos es que nadie sabe exactamente a dónde va la cosa. No sabemos si Europa va hacia una consolidación de la deuda, como algún tipo de eurobonos que sean garantizados por fondos europeos, no sabemos si vamos hacia una unión bancaria o cuándo va a llegar".